5.6.25

Nos volvemos a rendir a las plantas de María Auxiliadora Coronada de Córdoba en su emotiva procesión

El pasado sábado, día 17 de mayo, acudimos al tercer día de la solemne novena en honor a Nuestra Madre María Auxiliadora Coronada de Córdoba. Fue en la noche del pasado miércoles, 21 de mayo, cuando se produjo la bajada de María Auxiliadora desde su camarín. Para este acto, su asociación nombró exaltador de la bajada al montillano Antonio Comino Varo.


Antonio, nacido el 22 de septiembre de 1975 en Montilla, es antiguo alumno de las Casas Salesianas de Montilla y Córdoba, formando parte de la congregación durante sus años de juventud. Vinculado a la Pastoral y a la Familia Salesiana, está casado y es padre de una niña. Actualmente es profesor del Colegio Salesiano de Córdoba, donde desarrolla su labor docente en las etapas de ESO y Bachillerato, tal y como destacó la Asociación de María Auxiliadora Coronada de Córdoba.

Asimismo, a primera hora de la tarde del pasado sábado, 24 de mayo, Día de Nuestra Madre, acudimos a su Santuario para venerarla, junto a San Juan Bosco y a Santo Domingo Savio. Más tarde, a partir de las 19.30, asistimos al traslado, desde su templo, de las tres sagradas imágenes, teniendo lugar el acto de acogida en el patio del Colegio Salesiano San Francisco de Sales, para la celebración de la sagrada Eucaristía solemne, presidida por monseñor Jesús Fernández, Obispo de Córdoba, a partir de las 20.00.

Nuestras primeras impresiones acerca del nuevo Obispo de Córdoba fueron realmente buenas, ya que percibimos a una gran persona, sencilla y cercana. Tal y como relata la Diócesis de Córdoba, fue una "alegre bienvenida salesiana al Obispo de Córdoba". Así, "la imagen de María Auxiliadora reunió a centenares de fieles en la segunda eucaristía de su episcopado" en la ciudad cordobesa.

De este modo, "la toma de posesión de monseñor Jesús Fernández como Obispo de Córdoba estará vinculada para siempre a una de las devociones más queridas por los cordobeses: la de María Auxiliadora. La fiesta salesiana fue el marco para la segunda Eucaristía presidida por el nuevo Obispo tras su toma de posesión, unas horas antes en la Catedral. En su bienvenida a todos los asistentes manifestó su sorpresa por el gentío congregado para honrar a María Auxiliadora en el Colegio de los Salesianos y agradeció a toda la familia salesiana su tiempo en León como docente, antes de ofrecer una homilía sobre el relato de las bodas de Caná.


En su alocución, monseñor Jesús Fernández trazó correspondencias entre el evangélico y la respuesta de nuestra propia vida ante el amor, la compasión ante la dificultad ajena o la incapacidad de compartir. Creó con sus palabras la situación en que Jesús, su Madre y los discípulos encontraron las tinajas vacías, signo de la insuficiencia de la ley judía para promover la salvación, y la abundancia de vino tras la intervención de Jesús, que ofrece el nuevo mandato del amor.

El Obispo explicó que María representa la virtud de la humildad y con su discreción nos muestra un camino distinto ante la escasez de vino: en lugar de criticar la boda, "con sigilo acude a su hijo a pedir ayuda y demuestra sensibilidad ante las dificultades ajenas". La Virgen María nos enseña una sensibilidad que choca contra "la indiferencia que se ha hecho cultura", expresó el Obispo, que señaló a los instrumentos de evasión o el consumismo de sensaciones como pruebas de la "cultura de la indiferencia que avanza".

Monseñor Jesús Fernández invitó a cuestionarnos sobre nuestra discreción "siempre puesta a prueba, porque desde muchas cátedras se nos invita a ver lo feo, lo escabroso que presenta la vida ajena", y ensalzó a la Virgen que no se escondió y permitió que la fiesta continuara.


El Obispo de Córdoba avanzó en la explicación de este pasaje del Evangelio aludiendo también a los invitados a la bodas de Caná, dispuestos a comer y sobre todo beber, pero ajenos a las dificultades inmediatas. Una actitud con la que todos podríamos llegarnos a identificar al caer en el consumismo que "nos roba el gozo de compartir", concluye la Diócesis de Córdoba.

Una vez concluida la sagrada Eucaristía, se inició la solemne procesión, a partir de las 21.15 de la noche, acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora de la Fuensanta de Córdoba, tras San Juan Bosco, y por la Banda de Música María Santísima de la Esperanza de la capital cordobesa, que dedicó sus sones a María Auxiliadora Coronada, tras quince años de ausencia, estrenando la marcha 'Auxiliadora', obra del miembro de la citada formación, Iker García Santos, la cual sonó por primera vez a la salida de la Santísima Virgen a la calle Santo Domingo Savio en un paso en el que estrenaba nuevas jarras.

Durante la emotiva procesión no faltaron, por supuesto, las 'petalás', discurriendo la misma por lugares realmente hermosos, pasando, como no podía ser de otra manera, por las mismas puertas de su Santuario y de su Real Parroquia de San Lorenzo Mártir, la Iglesia-Hospital de Jesús Nazareno, las inmediaciones de la Iglesia de San Agustín y el entorno de la Parroquia de Nuestra Señora de Gracia y San Eulogio, regresando a su templo pasada la medianoche, concluyendo así la grandiosa Fiesta en honor a Nuestra Madre María Auxiliadora Coronada de Córdoba, disfrutándola quien suscribe a su lado por segundo año consecutivo y así seguirá siendo en adelante, sintiéndome un auténtico privilegiado.



































































































































REPORTAJES: BENJAMÍN PORTERO DUQUE
VÍDEO EUCARISTÍA: SALESIANOS CÓRDOBA

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