Esta noche comienza a trabajar en Córdoba el programa de atención nocturna a personas sin hogar de Cáritas. Es la conocida UVI social, que se acerca hasta la medianoche a unas cincuenta personas diarias. Los voluntarios ofrecen abrigo y comida, pero sobre todo brindan compañía, porque muchas de las personas a las que atienden buscan cercanía. “Ellos nos esperan para hablar unos minutos, después de no haber hablado a nadie en todo el día”, explica el responsable de este programa de atención de Cáritas, Rafael Serrano.
Cada noche, la ruta es la misma y los horarios similares, de manera que las personas a las que atiende la UVI social ajustan su tiempo a este encuentro y se van así detectando las necesidades que cada uno tiene por parte del dispositivo móvil de ayuda. Se trata de “servir de puente” entre sus circunstancias y los recursos de que dispone la ciudad para promover su avance.
Así, se genera una relación de cercanía con los voluntarios que en ningún momento pretenden ser sus tutores, porque deben ser ellos los “valedores de un cambio en sus vidas”, afirma Fernando, que cuenta con un equipo de cincuentas personas voluntarias agrupados de cuatro en cuatro para cada noche de lunes, miércoles y viernes.
Este año es probable un aumento de personas viviendo en las calles. Así lo ha podido constatar Cáritas Córdoba por el contacto que tiene con otras organizaciones que trabajan en la ciudad. El perfil de estas personas sigue invariable, en su mayoría es un varón de entre 35 y 40 años con desarraigo familiar y sin recursos económicos, tal y como informa la Diócesis de Córdoba en su página web.
REDACCIÓN / PASIÓN POR MVNDA
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