15.10.14

El Obispo de la capital argentina de Santiago del Estero recuerda a San Francisco Solano en el Día de las Misiones


El Obispo pidió ir en busca de los pobres y los enfermos

En la fiesta patronal de la Virgen del Pilar, en el barrio Autonomía, pidió "leer la Palabra del Señor".

Con gran alegría y fe profunda, las comunidades del barrio Autonomía y de la zona oeste de la ciudad de Santiago del Estero, en Argentina, colmaron la Parroquia Nuestra Señora del Pilar para honrar a su santa Patrona, festividad que se celebra el 12 de octubre y que fue presidida por el Obispo diocesano Vicente Bokalic.


En ese contexto, el prelado expresó su alegría de "estar todo el tiempo visitando comunidades, animándolos, participando de su vida, confirmándolos en este camino que están andando; llenarnos de la fuerza del Señor para poder transmitirla a los demás".

Dijo que la misión del Obispo es acompañar el camino, animarlos e incentivar una vocación de discípulos misioneros. "A los que están alejados, atraerlos, y animar al sacerdote que está con muchas cosas en simultáneo", ratificó.

Por otra parte, instó a los fieles a pedirle a la Virgen María que "nos enseñe a leer la palabra de Dios; nuestra fe se acrecienta y vigoriza. Leer la Palabra del Señor al menos cinco minutos al día y dejar que el Señor obre por sí mismo, sin necesidad de que el padre o el Obispo tengan que explicarlo.

Que el Señor nos inspire; será capaz de hacer cosas maravillosas en nuestra vida, María nos acompaña en este camino.

Felices los que escuchan la palabra de Dios y la practican", remarcó. El Obispo recordó, en el Día de las Misiones, a San Francisco Solano, que "caminando con su violín, predicando la palabra de Dios, somos herederos de todo eso".


Pidió a los santiagueños "ser una comunidad misionera, que sale, que busca al que está lejos, al que se olvidó de Dios y no sabe del amor de Jesús: a los pobres, enfermos, abandonados, marginados y señalados. Hacer de esta comunidad, animados por la Virgen Santísima, una comunidad que va buscando surcos nuevos para anunciar el Evangelio.

Hay mucha gente que nos espera; no tenemos que quedarnos quietos".

"Cuánto más damos, más alegría habrá en estos encuentros y no habrá tiempo para chusmear pensando en el otro.

Cuando gastemos nuestro tiempo y capacidades en esto, habrá mucha vida en nuestras comunidades.

Vamos a pedirle a la Virgen que nos lance a la misión, que no tengamos miedo de horrorizarnos, de salir al encuentro del hermano que no está buscando la luz de la verdad, el consuelo y la paz en su corazón. Que María los ayude”, manifestó el Pastor de la Iglesia en su homilía.

14 de octubre de 2014

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