Perdemos nuestro patrimonio

Dos días antes de fin de año, el Ayuntamiento de Montilla emitía una nota de prensa en la que hacía constar que “desde la delegación de Urbanismo se toma la decisión de solicitar a los propietarios [de El Parador] que acometan la demolición de este edificio para evitar posibles perjuicios en el futuro”, iniciando, de esta manera, el Consistorio el expediente de su declaración de ruina.

Resulta llamativo que el Ayuntamiento de Montilla haya optado finalmente por la vía más sencilla en este asunto, cuando en la propia nota de prensa se detalla que desde el año 1992 ya se tiene constancia del estado de deterioro progresivo en el que se encuentra este edificio.

Más de veintidós años han transcurrido, tras sucesivos gobiernos de IU y del PSOE, así como casi cuatro años de mandato del PP, con sus distintas corporaciones municipales desde la fecha y hasta la actual -con un proyecto hotelero en El Parador incluido de sus propietarios, que bien sabemos los montillanos que no va a ningún sitio, sino a dilatar su situación en el tiempo, como del mismo modo está ocurriendo en otro de los edificios emblemáticos de nuestra Montilla-, y ningún partido político ha hecho absolutamente nada por remediar esta situación.

Todos conocemos que las administraciones públicas, como el Ayuntamiento de Montilla, pueden optar por la ejecución subsidiaria en este tipo de casos, es decir, acometer ellos mismos las obras necesarias para la conservación de estos edificios, con cargo a los obligados a ello, y que en caso de no abonar estos últimos el coste de dichas obras, se puede llegar incluso al embargo y a la subasta de sus bienes, con el objeto que el organismo público pueda cobrar lo adeudado, hecho que en los casos que nos ocupan no ha sucedido.

Del mismo modo, igualmente resulta indignante que en la nota de prensa mencionada, concretamente en la primera parte de su última frase, se diga que “la decisión adoptada por el Ayuntamiento responde a las múltiples solicitudes de vecinos de Montilla que han mostrado su malestar por el estado de abandono en que se encuentra este inmueble”.

No es de recibo que el Consistorio montillano, en nombre del equipo de gobierno del PP, diga algo así, como queriendo culpabilizar, en buena medida, que dicha declaración de ruina se debe a las quejas vecinales, cuando todos sabemos que la misma se debe a que el propio Consistorio no ha sabido o no ha querido actuar en este caso, como en tantos otros.

Desde luego, sería una de las pocas veces que este equipo de gobierno hace caso de las quejas ciudadanas, cuando existen también multitud de montillanos a los que no se les da respuesta a las mismas. Como por ejemplo, las referentes a la parte del palacio de los Duques de Medinaceli más próxima a la calle Gran Capitán, fechadas, una de ellas, a finales del pasado mes de agosto, existiendo, además, una orden de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía instando a la conservación de este histórico edificio.

De igual manera, resulta poco menos que curioso, por denominarlo de alguna manera, que el PSOE salga en precampaña electoral a defender que se deben de adoptar medidas para mantener los elementos más característicos de El Parador con el fin de evitar su pérdida de manera completa, cuando el pasado 11 de agosto Montilla Digital informaba de un nuevo desplome en una de sus cubiertas laterales, amenazando ruina el edificio, y nadie salió públicamente a decir nada al respecto, tal y como tampoco sucedió anteriormente.

Así, y tal y como recogió este mismo periódico el 7 de enero, el PSOE “defendió la necesidad de someter la situación del inmueble a la consideración de la Comisión de Desarrollo Urbano y del propio Consejo Asesor de Patrimonio Histórico, un organismo de carácter consultivo formado por los grupos municipales y por representantes de los colectivos culturales de la localidad”.

Será que ni el arco de San Lorenzo, propiedad del Consistorio montillano, ni la parte mencionada del palacio de los Duques de Medinaceli, en manos privadas, por solo poner dos de los ejemplos más característicos de nuestro patrimonio, merecen ser sometidos a la consideración de la Comisión de Desarrollo Urbano ni del Consejo Asesor de Patrimonio Histórico –el cual desconozco, ciertamente, la labor que viene desempeñando en los últimos años-, cuando estos se encuentran protegidos y están declarados como Bienes de Interés Cultural (BIC).

Quizás se esté esperando, como sucede en el caso de El Parador, a que su situación sea irreversible, y ciertamente poco les falta ya para que no se pueda hacer absolutamente nada para revertir el estado lamentable en el que se hallan.

Y, cuando llegue ese momento, que ojalá no suceda, veremos las soluciones que dan al respecto nuestros políticos -que no sé por qué extraño motivo no actúan y reaccionan todos ellos de una vez por todas defendiendo la totalidad de nuestro patrimonio-, ya que tanto el arco de San Lorenzo como el palacio de los Duques de Medinaceli, al encontrarse protegidos, no pueden, como en el caso de El Parador, dar vía libre legalmente a su demolición.

Eso sí, si antes no ocurre alguna desgracia personal.

Benjamín Portero Duque