10.6.15

Mañana jueves se inicia el triduo en honor a San Antonio de Padua en la Iglesia de Santa Clara


Las hermanas clarisas franciscanas del Monasterio de Santa Clara de Montilla informan, una vez más, a Pasión por Mvnda, de los solemnes cultos que tienen lugar en la iglesia del convento. De este modo, mañana jueves 11 de junio, y hasta el próximo sábado, día 13, celebrarán, en dicho templo, a partir de las 20.00 de la tarde, el solemne triduo en honor del gran taumaturgo San Antonio de Padua. La celebración de la Sagrada Eucaristía estará presidida por el reverendo padre Fray Severino Calderón, de la Orden de Frailes Menores.


El día 13, día de su festividad, tendrá lugar una Misa Solemne en la Iglesia del Convento de Santa Clara, donde se darán a venerar las reliquias del gran taumaturgo.

Las intenciones de dichos cultos serán: por la paz, en reparación de las ofensas al Santísimo Sacramento, para que a todos les conceda el santo taumaturgo las bendiciones de Dios, por los emigrantes y por los que no tienen trabajo.

La imagen de San Antonio de Padua de la Iglesia del Convento de Santa Clara de Montilla, una de las varias tallas que existen en el monasterio, fue realizada a mediados del siglo XVIII, tratándose de una talla de unos 90 centímetros de alto. Sostiene al niño simbólico que, en un movimiento naturalista, trata de tocar la cara al santo, mientras que en la mano derecha porta unas azucenas. Viste con una túnica policromada con amplios plegados.


Se encuentra situada en su propio retablo de la iglesia, de madera tallada y dorada. Se compone de banco, principal y ático, y carece de soportes que articulen el conjunto en sentido vertical, siendo sustituidos por sucesivas molduras, volutas, placajes y rocallas. Presenta una hornacina con arcado de medio punto, de cascarón, donde se ubica el santo titular, entre dos interesantes pinturas sobre vidrio: un crucificado y una Piedad, ambos de 38 x 30 centímetros. Preside el ático un relieve con un corazón llameante.

El conjunto, de hacia 1770, significa la culminación retablística de Gaspar Lorenzo de los Cobos, que enfrenta el rococó y consigue una obra plena del movimiento, en donde los contornos se contorsionan en una llameante sensación.

La obra más importante del escultor sevillano Gaspar Lorenzo de los Cobos es el retablo mayor de la Parroquia de San Francisco Solano, iniciada en 1728.

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