13.9.15

Nuestra Señora de Belén ya se encuentra junto al Doctor de la Iglesia Universal


La imagen de Nuestra Señora de Belén, patrona del campo montillano, partió ayer en procesión, escasos minutos antes de las 21.00 de la noche, desde su ermita, con destino a la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila, tras el rezo del Santo Rosario, la celebración de la Santa Misa con homilía y ejercicio de la novena, que tenía lugar en su último día, predicado y proclamado por el reverendo padre Javier Algar Ruiz, párroco de Nuestra Señora de la Asunción de Montilla.


Abría el cortejo el simpecado de la Santísima Virgen, acompañado por dos representantes de la hermandad con bordón en mano. Como es habitual, la procesión fue acompañada por numerosísimos fieles, además de por la Banda de Música Pascual Marquina de Montilla, el Coro de Nuestra Señora de Belén y por el hermano mayor de la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas y San Francisco Solano, Tomás Jiménez Polo, acompañado del máximo representante de la Hermandad de Nuestra Señora de Belén, Ricardo Carrasco Priego, al encontrarse hermanadas ambas cofradías.

Tras la Marcha Real, interpretada por la Banda de Música Pascual Marquina a la imagen de Nuestra Señora de Belén en su salida de la ermita, la formación montillana deleitó a las personas presentes con la marcha 'Callejuela de la O', adaptada a la devoción mariana montillana, provocando, de esta manera, los primeros aplausos de la emotiva noche vivida, antes de su partida en el descenso por el camino de la ermita, rumbo a la calle Julio César.


Como viene sucediendo los últimos años, antes de llegar a la confluencia de dicha calle con Santa Brígida, el paso de Nuestra Señora de Belén se giraba, cara a cara, para que una mujer enferma pudiera rezar y admirar la belleza de la Santísima Virgen a las puertas de su vivienda. Posteriormente, ya en dicha confluencia, se vivía otro de los momentos emotivos, en el que el paso de la Madre de Dios giraba completamente sobre sí mismo, a los sones, como en el anterior caso, de la Banda de Música Pascual Marquina, para encarar definitivamente la calle Santa Brígida, en dirección a las calles Felipe IV -donde ésta formación musical montillana estrenó la marcha procesional 'A compás la cera llora', de Juan Manuel Velázquez Ruiz-, y Capitán Alonso de Vargas.

Seguidamente, la procesión ascendió la calle San Juan de Ávila, en dirección a la plaza de La Rosa y la calle Corredera, para posteriormente entrar en la Basílica Pontificia alrededor de las 23.00 de la noche, a los sones del pasodoble 'Montisolano', de Andrés Martos -que, por primera vez, ha sonado tras una imagen montillana, y que, como es sabido, recuerda a las tradicionales coplas a San Francisco Solano-, y de la marcha 'Encarnación Coronada', igualmente adaptada a la devoción mariana montillana, interpretadas por la Banda de Música Pascual Marquina.

La imagen de Nuestra Señora de Belén

Según detallaba Enrique Garramiola Prieto, que en paz descanse y que fue cronista oficial de Montilla, en su libro 'Ermita de Nuestra Señora de Belén', el cual se encuentra dedicado "a Ricardo Carrasco Priego y al padre Cristóbal Gómez Garrido, firmes puntales de la ermita y de la fervorosa devoción a Nuestra Señora de Belén y a todos sus fieles bienhechores", la imagen de Nuestra Señora de Belén de Montilla "es de autor desconocido, ignorándose si la escultura fue traída de fuera, como ocurrió en los siglos XVII y XVIII con las de San Francisco Solano, de su iglesia patronal y exconvento franciscano, y de las Vírgenes de la Aurora y de la Rosa, de sus respectivos templos, aunque por la época -último tercio del siglo XVI- a que ha de atribuirse la de Nuestra Señora de Belén, por entonces trabajaron en Montilla imagineros autores de otras imágenes, como Juan de Mesa 'El Mozo', o el de origen portugués Rodrigo Mexía, avecindado y fallecido en la villa, así como Francisco Delgado, pintor encarnador, muy ligado a ella y a la capital cordobesa.


La encarnadura de la imagen fue repintada en diferentes y desgraciadas ocasiones. En 1992 fue restaurada por el escultor cordobés Miguel Arjona Navarro.

Si bien no es seguro, tal vez la antigua talla de la imagen de la Virgen sustituyó a la de un lienzo hoy desaparecido.

La corona antigua tiene marcados los punzones cordobeses de Martos -Francisco de Paula Martos (1814-1816), autor del báculo, mitra y custodia de la imagen de San Eloy de la Congregación de Plateros (1828), y José Séller, platero de fábrica de la Catedral (1830); la media luna los de Martos, Madueño y Mora".

El libro recoge veintitrés exvotos, datando el más antiguo de 1762, que dice: "Padeciendo Agustín de Luque una grave enfermedad, se encomendó a Nuestra Señora de Belén y sanó. Año de 1762".

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