22.3.16

Acompañando al Señor en su Pasión y Muerte y triduo pascual en el Monasterio de Santa Ana


Con el Domingo de Ramos, dimos comienzo a la Semana de Pasión: la Semana Santa. Se acercan los grandes misterios de nuestra redención: la Pasión y Muerte del Señor. Dios nos entrega a su Hijo por amor y Él mismo se entrega a nosotros por amor.


Durante estos días benditos, celebramos y vivimos con solemnidad el triunfo del amor sobre el dolor, el triunfo de la vida sobre la muerte, comulgando con los padecimientos del Señor hasta hacernos semejantes a Él. Vamos a orar y contemplar a Jesús, acompañándolo en su Pasión. Aunque nos puede resultar difícil contemplarlo, vamos a descansar en su Pasión porque Él ya se agotó para que nosotros descansáramos.

San Francisco de Asís oró y estudió tanto al crucificado que se lo sabía de memoria. Lo miraba con tanto amor que llegó a compenetrarse con Él. Aprendió a sufrir, a callar, a perdonar, a despojarse de todo hasta hacerse él mismo imagen vida y doliente de Cristo crucificado.

Miremos bien, contemplemos a Cristo crucificado para comulgar con Él, para participar de sus mismos sentimientos de amor y entrega. Me amó y se entregó por mí. Y no sólo por mí: se entregó por todos como oblación y víctima de suave aroma. Se entregó por nosotros, se entregó por la Iglesia, se entregó por todo el mundo, murió por todos. Se entregó a sí mismo como rescate por todos. Contemplemos a Cristo para escuchar sus palabras: tengo sed de tí por quien he derramado mi sangre.


SOR MARGARITA / MADRES CONCEPCIONISTAS DEL MONASTERIO DE SANTA ANA DE MONTILLA

No hay comentarios :