La Banda de Cornetas y Tambores Santa Victoria de Córdoba acompañará a Nuestro Padre de Familias en su procesión por las calles de Montilla. La sagrada imagen presidió varias sesiones del Concilio de Trento.
Del 9 al 17 de septiembre se celebrará, en la Iglesia del Convento de Santa Clara de Montilla, la solemne novena en honor a la sagrada imagen de Nuestro Padre de Familias. Dicha novena se iniciará con la Santa Misa y homilía, que tendrá lugar a partir de las 20.00 de la tarde, que correrá a cargo, del día 9 al 11, por el reverendo Ángel Lara Merino, párroco de San Francisco Solano; del 12 al 14, por el reverendo Javier Algar Ruiz, párroco de Nuestra Señora de la Asunción; y del 15 al 17, por el reverendo Alberto José González Chaves, Delegado Diocesano para la Vida Consagrada.
El martes, día 13, a partir de las 9.00 de la mañana, se celebrará una Misa votiva de difuntos en el citado templo montillano, y el sábado, día 17, durante todo el día, se producirán distintas ofrendas florales a la milagrosa imagen de Nuestro Padre de Familias.
El domingo, día 18 de septiembre, será la fiesta de Nuestro Padre de Familias, con una solemne función eucarística, que dará comienzo a partir de las 11.00 de la mañana, y que estará presidida por el reverendo Alberto José González Chaves, contando, como es habitual, con la actuación de la Rondalla de la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos de Montilla.
Por la tarde, a partir de las 19.30, se celebrará la Santa Misa, y a continuación tendrá lugar la procesión de Nuestro Padre de Familias, que contará, este año, con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores Santa Victoria de Córdoba. Al regreso se dará a besar, como viene siendo tradicional, dos relicarios: la Santa Espina de Cristo, traída por el Duque de Feria desde Italia en el siglo XVII, y el Lignum Crucis, regalado al convento por la reina Isabel de Portugal en el siglo XVI.
Detalles históricos y artísticos de la capilla de Nuestro Padre de Familias
En el claustro alto del tercer patio del Convento de Santa Clara se encuentra la capilla de Nuestro Padre de Familias, una de las joyas artísticas e históricas de Montilla, que corre grave peligro de derrumbe así como sus dependencias anexas, al presentar importantes y graves deficiencias su estructura y su cimentación debido a la acumulación de humedad. Se trata de un espacio rectangular de unos ocho por seis metros, con solería antigua de losetas cuadradas vidriadas en blanco y verde, dispuestas en ajedrezado. Cubre el ámbito una cúpula elíptica sobre pechinas.
Nuestro Padre de Familias es una talla policromada en pasta de madera que representa a Jesús muerto en tres clavos y con la cabeza caída sobre el hombro derecho. El paño de pureza, de plegados muy esquemáticos, presenta añadidos de ciertos apliques dorados.
La cruz, de sección rectangular, está revestida con chapa de plata cincelada y presenta bordura barroca. Al pie, dos ángeles turiferarios. Sus medidas totales son 120 por 72 centímetros, aproximadamente. Se trata de una talla del siglo XVI. Según la tradición, la imagen presidió varias sesiones del Concilio de Trento.
El retablo mayor de la capilla es de madera jaspeada en blanco, rojo y azul, con elementos de talla dorada, impuestos sobre el conjunto. Consta de banco, principal y ático, y de tres calles señaladas por pilastras adosadas con capiteles toscanos que asientan en pedestales prismáticos.
En las calles laterales del banco se encuentran sendos relicarios de maderas preciosas –con miniaturas pictóricas y taraceas-, en forma de templetes clásicos de comienzos del siglo XVIIII, a los que se les añadieron, posteriormente, diversas tallas doradas.
En el cuerpo principal, la calle medial presenta una hornacina acristalada, con remate semicircular, en la que se encuentra el crucificado de Nuestro Padre de Familias. En las entrecalles laterales, hornacinas, también de medio punto, con dos bustos de talla policromada que representan a las santas mártires Apolonia y Cecilia, flanqueados, ambos, por las pequeñas esculturas de terracota de San Sebastián y San Antonio, sobre repisas.
Una cornisa recta marca el tránsito al ático, con una sola calle entre pilastras adosadas, en cuyo eje, en una hornacina de tipo cascarón, se sitúa la imagen de la Purísima Concepción. A cada lado de este hueco se hallan las esculturas de San Bernardino de Sena y de San Juan de Capistrano. Completan el coronamiento, enmarcando su única calle, unos aletones involutados.
Este conjunto responde a esquemas propios de la segunda mitad del siglo XVII, aunque debió sufrir arreglos y añadidos posteriores. El más significativo de los cuales se produjo en el último cuarto del XVIII.
BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA
FOTOGRAFÍAS: BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA
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