27.12.16

Así fue nuestra sección del mes de septiembre en la revista Nuestro Ambiente


Pasión por Mvnda

La Fiesta de la Vendimia, la única celebración de Montilla que se encuentra declarada de Interés Turístico Nacional

La Fiesta de la Vendimia es oficialmente la celebración más importante de Montilla, al ser la única que se encuentra declarada de Interés Turístico Nacional, poseyendo dicha distinción desde el 10 de diciembre de 1974, siendo, además, la celebración del mundo del vino más antigua y con más solera de Andalucía y la tercera más antigua de España.


En el expediente relacionado con la declaración de Interés Turístico de la Fiesta, que se inició el 10 de febrero de 1972, se establecía que "el día 13 de noviembre de 1955, un grupo de obreros, empleados y patronos del gremio vitivinícola montillano se reunieron para fundar la Hermandad de Nuestra Señora de las Viñas, con el fin de agrupar a todos los que de alguna manera están vinculados a la principal riqueza del pueblo".

Y deciden fundarla a iniciativa del escritor y bodeguero José Cobos Jiménez, ante la preocupación que existía en aquel entonces por lograr la unión del gremio vitivinícola, desarrollar una labor social entre todos ellos, promocionar los vinos de la tierra, cuando apenas nuestros caldos eran conocidos en España y mucho menos en el extranjero, y dar culto a una patrona, honrándola anualmente en las fechas próximas a la vendimia.

Su primer hermano mayor y su primer secretario fueron, respectivamente, Álvaro de Alvear Zambrano y Arturo Hidalgo Trillo, quienes junto a Adolfo Baena, Javier Carmona Ramos, José Castro, José Delgado Arias, Antonio Espejo, Juan Luque Urbano, Antonio Maya, Antonio Navarro, Nicolás Ponferrada, Francisco Ramírez, José Rasero, entre otros, se encargarían de componer la primera junta de gobierno de la hermandad, que estaría conformada también por un miembro de cada bodega, un viticultor, un corredor de vinos y un cosechero, como muestra inequívoca del gran interés con el que los bodegueros montillanos colaboraron con el desarrollo activo de la hermandad.


Meses después, concretamente el 26 de agosto de 1956, la imagen de Nuestra Señora de las Viñas, encargada al imaginero Amadeo Ruiz Olmos, es bendecida y traída en romería a su parroquia, partiendo de El Parador de San Francisco Solano, ante más de 12.000 personas, y actuando como padrinos de la ceremonia el entonces alcalde Rafael Ruz Requena y su esposa.

Culminaron los actos centrales de esta primera Fiesta de la Vendimia Manuel Luque Velasco, primer pregonero del evento, y José María Navarro Requena, primer capataz de honor. Un cargo, este último, que desde entonces, y mediante la entrega de llaves de la bodega de la Casa del Inca Garcilaso, se erige, durante un año, en la persona que simbólicamente representa la función de dirigir y vigilar la elaboración del vino y en custodio y en defensor de los vinos de la zona.

El acto de la entrega de llaves al capataz de honor tiene lugar en el Castillo de Montilla, aunque anteriormente al año 2011 siempre se celebraba en la casa en la que residiera durante treinta años el Inca Garcilaso de la Vega, conmemorándose este año el cuarto centenario de su fallecimiento.


Durante el transcurso del mismo, el capataz saliente debe dar lectura a un ripio ideado por el escritor montillano José Cobos, que solemniza el compromiso y realiza la entrega de llaves al capataz entrante. De este modo, destacadas personalidades provinciales y nacionales, como ministros, autoridades, escritores y periodistas de gran prestigio, entre otros, han acudido a Montilla a pregonar las cualidades de nuestros vinos, nuestra historia, nuestra geografía y nuestra cultura ante los montillanos y los medios de comunicación, en el marco, en los últimos años, de las Bodegas Pérez Barquero, donde el protagonista es el vino que nace de nuestra tierra, siendo siempre, durante muchísimos años, designados capataces de honor distintos bodegueros.

Dichos festejos adquirieron gran prestigio en la década de los años 60 y principios de los 70 del pasado siglo, contando con la asistencia de las más destacadas figuras internacionales, contribuyendo a dar a conocer el nombre de Montilla-Moriles tanto en Europa como en el mundo entero.

La primera Fiesta de la Vendimia, tras ser declarada de Interés Turístico Nacional, tuvo lugar en septiembre de 1975, siendo alcalde de Montilla Rafael Córdoba García, contando ese año con la presencia, entre otras máximas autoridades nacionales y provinciales, con tres ministros del Gobierno de España: el montillano Rafael Cabello de Alba, vicepresidente segundo y ministro de Hacienda; León Herrera Esteban, ministro de Información y Turismo; y José Luis Serón Ayuso, ministro de Comercio y pregonero de ese año.


Sin embargo, para los montillanos el momento central de la fiesta era y es la procesión de Nuestra Señora de las Viñas, la cual concluye en la plaza de La Merced, donde un grupo de trabajadores, siguiendo la tradición, pisan con sus pies las uvas para obtener el primer mosto, que es ofrecido a la Virgen por el capataz de honor, quien con una emotiva oración pide a la Madre de Dios protección y prosperidad para todos los montillanos en un enclave abarrotado de público, convirtiéndose así en el acontecimiento más multitudinario de cuantos se celebran en la Fiesta de la Vendimia de Montilla. Curiosamente, acto seguido, tenía lugar, en sus primeros años, el acto de coronación de la Vendimiadora Mayor, acompañada de las Vendimiadoras de Honor, y el pregón, encaminados, todos estos actos, a dar renombre a los festejos.

Desde sus orígenes, la organización de la Fiesta de la Vendimia montillana corre a cargo de la Hermandad de Nuestra Señora de las Viñas, patrona del nombre gremio de la vid y del vino, y donde se encuentra el origen de esta destacada celebración, y del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, a los que posteriormente se uniría un patronato creado en Córdoba e integrado por diferentes autoridades provinciales. Más tarde, y en detrimento en los últimos años de este último organismo, se uniría el Ayuntamiento de Montilla.

Fue en 1957 cuando un nuevo grupo de empleados de varias bodegas montillanas, como Javier Carmona, Arturo Hidalgo, José Jurado, Alberto Leiva, Juan Luque, Luis Portero, José Racero, entre otros, deciden incorporar la advocación del Señor en la Santa Cena al apartado de titulares de la hermandad, contando, para ello, con el incondicional apoyo de los empresarios Álvaro de Álvear, José Cobos, José María Navarro Requena..., entre otros, y del entonces párroco de La Asunción, Antonio Gómez Márquez, a quien presentan el proyecto en octubre de 1957, y al que eligen, a partir de entonces, como su primer consiliario.


De esta manera, el hermano mayor Álvaro de Álvear Zambrano encarga al imaginero malagueño Pedro Pérez Hidalgo la talla del Señor en la Santa Cena, la cual fue concluida y policromada en los talleres Salesianos de la Trinidad en Sevilla por José María Geronés. Dicha imagen, que fue donada, al igual que Nuestra Señora de las Viñas, por Francisco de Álvear, Conde de la Cortina, llega a la Parroquia de La Asunción el 21 de febrero de 1960, donde es bendecida en una ceremonia presidida por su entonces hermano mayor, Julián Ramírez Pino, y durante la que actuarían, como padrinos de la imagen, José María de Álvear Zambrano y su esposa, Pilar Dávila, siendo el Lunes Santo de 1960 la primera vez que procesionó por las calles de nuestra ciudad.

Años más tarde, concretamente el Martes Santo de 1977, y bajo el mandato como hermano mayor de Arturo Hidalgo Trillo, se incorporaría a la estación de penitencia de la hermandad la imagen de María Santísima de la Estrella, procedente de la Parroquia de los Padres Jesuitas, y realizada por el presbítero Francisco Molina y Ruiz en 1832.

BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA
FOTOGRAFÍAS: PASIÓN POR MVNDA

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