Rafael Pedraza Ponferrada fue el iniciador de la Semana Santa Chiquita montillana durante su etapa como hermano mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno a finales de la década de los 50 del siglo XX. Fueron varios los años que esta procesión, que reproducía en pequeño la de la mañana del Viernes Santo, recorrió las calles colindantes a la Iglesia de San Agustín, en unas ocasiones la mañana del Domingo de Ramos, y en otras, el Día de La Cruz. Se podrían destacar varios puntos del itinerario, pero la bajada de la calle Ancha con la iglesia al fondo, tenía particular significado y estética.
La ilusión de los pequeños nazarenos, que ese día se sentían verdaderos protagonistas, duró pocos años. A mediados de los 60 del pasado siglo, dejó de salir una procesión que con el tiempo se mostraría como auténtica cantera de futuros dirigentes de cofradías.
Afortunadamente, la Hermandad de la Santa Cena recogió tres décadas después el testigo, y la mañana del 17 de abril de 1994 volvió la procesión a la calle. Nuevas fechas, después de Semana Santa, y el deseo de que estén representadas todas las hermandades, animan esta segunda etapa. Los niños montillanos han vuelto a ser protagonistas de una procesión en la que la alegría infantil se confunde con el acercamiento a nuestras más populares tradiciones religiosas.
MONTILLA EN LA MIRADA, 2ª EDICIÓN (1999) / MANUEL GONZÁLEZ CANDELAS
TEXTOS: MIGUEL AGUILAR PORTERO / JOSÉ REY GARCÍA
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