25.3.18

Las Madres Concepcionistas del Monasterio de Santa Ana reflexionan en el Domingo de Ramos


Domingo de Ramos en la Pasión del Señor: comienza la Semana Santa

Con el Domingo de Ramos, damos comienzo a la Semana de Pasión: la Semana Santa. Se acercan los grandes misterios de nuestra redención: la Pasión y Muerte del Señor. Dios nos entrega a su Hijo por amor y Él mismo se entrega a nosotros por amor.


Con los ramos de olivo, lo aclamamos como Rey y Mesías: un Rey manso y humilde, montando en un pollino de asno. Es un Rey que viene a traernos el amor y la paz. Durante estos días benditos, celebramos y vivimos con solemnidad el triunfo del amor sobre el dolor, el triunfo de la vida sobre la muerte, comulgando con los padecimientos del Señor hasta hacernos semejantes a Él.

Durante estos días, vamos a orar y contemplar a Jesús, acompañándolo en su Pasión. Aunque nos puede resultar difícil contemplarlo, vamos a descansar en su Pasión porque Él ya se agotó para que nosotros descansáramos.

San Francisco de Asís oró y estudió tanto al Crucificado que se lo sabía de memoria. Lo miraba con tanto amor, que llegó a compenetrarse con Él. Aprendió a sufrir, a callar, a perdonar, a despojarse de todo hasta hacerse él mismo imagen vida y doliente de Cristo crucificado.

Miremos bien, contemplemos a Cristo crucificado para comulgar con Él, para participar de sus mismos sentimientos de amor y entrega. "Me amó y se entregó por mí". Y no sólo por mí. Se entregó por todos como oblación y víctima de suave aroma. Se entregó por nosotros, se entregó por la Iglesia, se entregó por todo el mundo, murió por todos. "Se entregó a sí mismo como rescate por todos".

Contemplemos a Cristo para escuchar sus palabras: tengo sed de tí, por quien he derramado mi sangre. Termino esta reflexión con esta sencilla oración. Os invito a que la recemos juntos: "Señor, haz que mi vida sea una continua alabanza de tu amor y una continua alegría. Y que pueda decir "¡Hosanna, Jesús, porque me quieres! ¡Hosanna, porque me perdonas! ¡Hosanna, porque Tú eres mi Rey!". Y yo, como humilde borriquito, te llevaré en mi trono, Señor. Gracias".

SOR MARGARITA / MONASTERIO DE SANTA ANA

No hay comentarios :