Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Convento de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, reflexionan en este Domingo de Resurrección.
Cristo ha resucitado. ¡Aleluya!
Aquel primer día de la semana, llegaría a ser el primer día de la nueva creación, el cumpleaños del mundo. Todo va a empezar de nuevo. Con la resurrección de Jesucristo, empiezan los últimos tiempos, la era definitiva. ¡Oh, Santa Resurrección! Toda la Iglesia celebra la victoria de Cristo resucitado. Y ojalá que no sólo los creyentes, sino todos los hombres pudieran celebrarla.
Hace unas horas, veíamos a Jesús dolorido, llegado... Vimos a nuestro Señor, nuestro hermano, nuestro amigo muerto y sepultado. Ahora lo vemos florecer, lleno de vida, su cuerpo victorioso, transformado. Cristo resucitado es un sol que ilumina, caldea y enciende nuestros corazones.
El anuncio de la Pascua es para nosotros la mayor alegría, porque Cristo vive y está con nosotros. Es la mayor esperanza, porque anticipa el futuro deseado. Es la mayor santificación, porque hemos de morir al pecado y vivir la vida de Jesús. Y es el mayor compromiso, porque debemos ser testigos y cultivadores de la resurrección.
Gracias, Jesús resucitado que vences la noche de la muerte, del pecado y la tristeza. Gracias, Jesús resucitado, que lo llenas todo de vida, de gracia y alegría. Gracias, Jesús resucitado, que te haces presente entre nosotros y nos confortas con la alegría de tu pan y tu palabra. Gracias Cristo, sol que vives y estás aquí con nosotros.
Cristo ha resucitado, queridos hermanos. Ahora nos toca contagiar esta alegría y anunciar esta buena nueva a todas las personas que nos rodean y sobre todo a aquellas que quizás no han percatado que todo es nuevo, que la presencia de Cristo lo cambia todo. ¡Feliz Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor! Os lo deseamos desde el silencio de nuestra vida escondida con Cristo resucitado.
SOR MARGARITA / MONASTERIO DE SANTA ANA
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