Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Monasterio de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, nos remiten un texto con sus correspondientes fotografías, con motivo de la solemnidad en honor a Santa Beatriz de Silva, celebrada el pasado viernes, que reproducimos a continuación.
Celebrando la santidad de nuestra madre Santa Beatriz de Silva
Comenzamos la jornada del pasado viernes, dando gracias a Dios por la existencia y santidad de Beatriz. Aunque en la historia concreta de su vida permaneció oculta a los ojos del mundo, la Iglesia la elevó a los altares, proclamando solemnemente su santidad y constituyéndola así en modelo e intercesora para todos.
Venimos, pues, a aprender de Santa Beatriz la lección de un amor gratuito y fiel que se tradujo en su vida en fe y esperanza en medio de las vicisitudes. Ella fue una mujer que se dejó tocar e iluminar por el Espíritu Santo. Nuestra mejor veneración a ella es intentar seguir su ejemplo viviendo la humildad, pureza de corazón, la oración. Todos los miembros de la Iglesia, sea cual fuere nuestro estado, estamos llamados a la santidad.
Y es lo que celebramos el pasado viernes: la santidad de Beatriz. Hablar de santidad es hablar de amor, acogida desinteresada, de vivir conectadas a Dios y movernos según la lógica del Evangelio en las pequeñas cosas de cada día.
En la homilía de la eucaristía celebrada por el padre Javier Algar, nos invitó a acercarnos a los santos, en concreto a Santa Beatriz, no como figuras trasnochadas en el tiempo, sino como un estímulo y una sacudida de nuestra pereza y nuestro interior, una invitación generosa de parte de nuestro Dios para descubrir algún valor perdido de nuestra vida cristiana y de consagración que se haya adormecido.
Que Santa Beatriz interceda por nosotras sus hijas y por cada uno para que vivamos una vida de entrega generosa a Dios, como lo hizo ella, como lo hizo María.
SOR MARGARITA / MADRES CONCEPCIONISTAS DEL MONASTERIO DE SANTA ANA
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