16.10.21

El Ayuntamiento de Montilla estuvo presente en la inauguración de la muestra del Museo Nacional del Prado de la que forma parte el Santo Cristo de Zacatecas

La delegación montillana, encabezada por el alcalde, Rafael Llamas; el hermano mayor de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, Miguel Navarro, y Antonio Luis Jiménez y María José Muñoz, en representación de la Diócesis de Córdoba, asistió el pasado 4 de octubre a la inauguración de la muestra, a la que acudió también el Rey Felipe VI y varios embajadores americanos.


El alcalde de Montilla, Rafael Llamas, junto con el hermano mayor de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, Miguel Navarro, y Antonio Luis Jiménez y María José Muñoz, en representación de la Diócesis de Córdoba, asistieron el pasado 4 de octubre al acto de inauguración de la muestra en el Museo del Prado ‘Tornaviaje -o viaje de regreso-. Arte Iberoamericano en España’, una ambiciosa muestra que pretende poner en valor las obras de arte que llegaron desde América a España y, por extensión, a Europa durante la Edad Moderna, en la que participa el Santo Cristo de Zacatecas de Montilla, un impresionante crucificado indiano, realizado en caña de maíz que es la titular de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, con sede canónica en la Parroquia de Santiago Apóstol.

A la inauguración de la muestra, en el Museo Nacional del Prado, asistió también el Rey Felipe VI y los embajadores de países que tienen vínculos con algunas de las obras expuestas, como los de Perú, Bolivia e Italia. La exposición con más de un centenar de obras entre pinturas y objetos artísticos de toda índole estará abierta al público hasta el 13 de febrero de 2022.


'Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España', patrocinada por la Fundación AXA, cuenta una realidad poco conocida: que tras la conquista de América y hasta la Independencia llegaron a España más objetos artísticos de procedencia americana que flamenca o italiana, y que el tráfico de obras de arte entre ambos lados del Atlántico no fue solo unidireccional, de España a América, como suele señalarse.

Estos miles de objetos, muchos debidos a artífices indígenas o mestizos, presentan a menudo materiales, temas y técnicas desconocidos en la metrópoli, y su realización respondió a propósitos diversos: reafirmación del dominio de la metrópoli, aspiraciones identitarias de las élites criollas, o motivaciones documentales, devocionales y estéticas.


La muestra se organiza en cuatro grandes secciones y está comisariada por Rafael López Guzmán, Catedrático de Historia del Arte Iberoamericano en la Universidad de Granada. Entre sus colaboradores, figuran varios especialistas en cultura visual del periodo virreinal en América.

El Obispado de Córdoba y la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Montilla formalizaron hace meses la cesión temporal del Santo Cristo de Zacatecas, una obra novohispana realizada en caña de maíz.Se trata de la imagen en su tipología más antigua de las que se conservan en la Diócesis de Córdoba y una de las mejor documentadas que existen en España.


Una escultura novohispana de tamaño superior al natural, realizada a partir de un moldeado de papel vegetal mexicano, denominado amate, y otros materiales livianos como la caña de maíz y maderas ligeras. Presenta un policromado de acuerdo con las formas habituales de la imaginería española del siglo XVI.

De este modo, el Santo Cristo de Zacatecas llegó a Montilla en 1576 cuando el indiano Andrés de Mesa decide volver a su tierra natal después de residir en México más de una década. A su vuelta, donó la talla a la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Montilla, cuya entrega se formalizó ante escribano público. La cofradía tomó la imagen como titular y desde entonces le ha venido rindiendo culto y veneración pública.


La venerada imagen está construida con una mezcla de fibras vegetales de caña de maíz y encolados y cuenta con una altura de 210 centímetros. Desde el año 1576, el Santo Cristo de Zacatecas pasó a presidir el altar mayor de la desaparecida Ermita de la Vera Cruz, uno de los templos más antiguos de Montilla, ubicado en la cumbre de la hoy conocida como Cuesta del Silencio.

La exposición ofrece al público la posibilidad de conocer la cultura de los virreinatos americanos, teniendo en cuenta sus valores simbólicos e iconográficos, así como aquellos que les otorgaron las sociedades receptoras. 'Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España' está compuesta por 107 obras de arte, de las cuales 95 están custodiadas en instituciones culturales, espacios religiosos, colecciones españolas y tres prestadores internacionales.


Además, 26 obras de la exposición han sido restauradas por el Museo Nacional del Prado. Se trata, por tanto, de una iniciativa novedosa ya que participan cuatro instituciones madrileñas, no solo con préstamos, sino con su programación conjunta: el Museo de América, el Museo Nacional de Antropología, el Museo de Ciencias Naturales y el Jardín Botánico.

Recorrido de la exposición

La muestra está comisariada por el catedrático de la Universidad de Granada, Rafael López Guzmán, junto con la asistencia de los miembros del Instituto de Investigaciones estéticas de la UNAM en México, Jaime Cuadriello y Pablo F. Amador. Se estructura en dos salas, con un total de cuatro secciones. La primera sala, a nivel simbólico, gira en torno al concepto "plaza" como elemento urbanístico fundamental en la ciudad americana. En esta sala se encuentran las dos primeras secciones: Geografía, conquista y sociedad e Imágenes y cultos de ida y vuelta.


En la segunda sala, el elemento articulador, a nivel museográfico, es la idea de los atrios conventuales americanos, lugares de interacción religiosa y educativa. En ella, se sitúan las secciones: Las travesías del arte e Impronta indiana. En esta última se incluye el Santo Cristo del Zacatecas, primera pieza del Obispado de Córdoba que participa en una muestra en la pinacoteca nacional del Museo del Prado. A su vez, la exposición se ha diseñado siguiendo una estructura en las que casi todas las regiones de España están representadas.

En la sección que incluye el Santo Cristo de Zacatecas, la materialidad americana se hace visible. El Cristo comparte espacio con la Virgen y su cocodrilo, una imagen encargada en 1741 por el comerciante Marcos de Torres en la Ciudad de México, y un cocodrilo disecado que antaño colgaba en su ermita tinerfeña y que son un elocuente ejemplo de las nuevas lecturas sobre la idea del tornaviaje.

También se exhibe una gran cruz procesional remitida en 1756 por el deán de la Catedral de La Habana, el canario Nicolás Estévez Borges, al convento franciscano que unos antepasados suyos habían fundado en su localidad natal.


REDACCIÓN / PASIÓN POR MVNDA

No hay comentarios :