23.7.23

23 de julio, III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores

«Su misericordia se extiende de generación en generación» (Lc. 1,50) es el lema que propone el Papa Francisco para la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que se celebra hoy domingo, 23 de julio. Desde la Delegación Diocesana de Familia y Vida se ha convocado a los abuelos que lo deseen a acudir a celebrar la eucaristía dominical en la Santa Iglesia Catedral, presidida por el Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández.


El Papa ha propuesto que se realice un gesto de envío en el que varios abuelos entreguen a sus nietos, que parten a Lisboa al Encuentro Mundial de la Juventud, algún objeto (cruz, rosario...) que tenga un especial significado para la transmisión de la fe de generación en generación y que represente también el compromiso que los ancianos y los abuelos han aceptado, por invitación del Papa Francisco, de rezar por los jóvenes que parten y de acompañarles con su bendición. Desde la Delegación de Familia y Vida quieren simbolizar este precioso gesto con jóvenes y han pedido que acudan a la Misa a acompañar a los abuelos.

Mensaje del Papa

El Papa Francisco, en la solemnidad de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, emitió su mensaje para esta jornada en el que recuerda que “Dios desea que, como hizo María con Isabel, los jóvenes alegren el corazón de los ancianos, y que adquieran sabiduría de sus vivencias. Pero, sobre todo, el Señor desea que no dejemos solos a los ancianos, que no los releguemos a los márgenes de la vida, como por desgracia sucede frecuentemente”.


“En el encuentro entre María e Isabel, entre jóvenes y ancianos, Dios nos da su futuro. El camino de María y la acogida de Isabel abren las puertas a la manifestación de la salvación. A través de su abrazo, la misericordia de Dios irrumpe con una gozosa mansedumbre en la historia humana”, expresa el Pontífice, al tiempo que invita “a pasar de la imaginación a la realización de un gesto concreto para abrazar a los abuelos y a los ancianos.

No los dejemos solos, su presencia en las familias y en las comunidades es valiosa, nos da la conciencia de compartir la misma herencia y de formar parte de un pueblo en el que se conservan las raíces. Sí, son los ancianos quienes nos transmiten la pertenencia al Pueblo santo de Dios. Tanto la Iglesia como la sociedad los necesita”, tal y como informa la Diócesis de Córdoba.

REDACCIÓN / PASIÓN POR MVNDA
IMAGEN: DIÓCESIS DE CÓRDOBA

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