4.9.23

Las inclemencias meteorológicas no impiden que centenares de personas se vuelvan a congregar en la Plaza de La Merced en el rito de la pisa de la uva

En la noche del pasado domingo, día 3 de septiembre, se celebró, con salida, de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, a partir de las 21.45, y acompañada de niñas y niños ataviados con trajes típicos y canastillas de uva, la procesión de Nuestra Madre y Señora de las Viñas, organizada por la Hermandad del Señor en la Santa Cena y María Santísima de la Estrella, protagonizando así la Santísima Virgen, obra de Amadeo Ruiz Olmos en 1956, nuevamente, el día grande de la LXVIII Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles.


De esta manera, acompañó con sus sones al trono de esta sagrada imagen mariana -el cual presentó, en la Fiesta de la Vendimia de 2017, la novedad de la finalización de este, con el dorado del mismo, contando, igualmente, en esa edición, con el estreno de unos nuevos candelabros, obra de los hermanos Herrador-, la Banda de Música Pascual Marquina de Montilla.

Como novedad este año, cabe destacar el estreno, por parte de la Banda de Música, del 'Himno a la Virgen de las Viñas', con música de Ángel Cruz Pérez y letra de Enrique Garramiola Prieto, cuyas partituras manuscritas, de 1963, ha conservado la citada formación durante décadas esperando esta ocasión. Dicho estreno tuvo lugar tras la salida de la Santísima Virgen de su parroquia, cuando Nuestra Señora de las Viñas se encontraba en el escenario situado en la Plaza de La Merced y cuando la Patrona del Noble Gremio de la Vid y el Vino y Pascual Marquina se encontraban en el interior del templo.

El trono de la Santísima Virgen, portado por cargadoras y cargadores, fue estrenado en la Cuaresma del año 2015, con motivo del vía matris en honor a María Santísima de la Estrella, siendo realizado por Antonio Herrador Ponferrada. Asimismo, y con motivo de la salida extraordinaria de la hermandad, celebrada el 25 de junio de 2016, el trono estrenó el tallado del mismo, de manos de Antonio Herrador Ponferrada.


El itinerario del cortejo discurrió desde la Parroquia de La Asunción, prosiguiendo por la calle Doctor Raúl Porras y Avenida de María Auxiliadora, hasta desembocar en la emblemática Plaza de La Merced, donde tuvo lugar la tradicional pisa de la uva, bendición y ofrenda del primer mosto a Nuestra Señora de las Viñas, ante la presencia de centenares de personas que se congregaron en este enclave montillano en el eje principal sobre el que gira la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, nacida en el seno de esta hermandad, y radicada en el Barrio del Gran Capitán de nuestra ciudad, convirtiendo el ritual en uno de los acontecimientos más multitudinarios de los que se celebran durante estos días de fiesta. Posteriormente, el cortejo continuó por la Avenida de María Auxiliadora y Doctor Raúl Porras, para finalmente regresar a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.

Durante el regreso de la comitiva a su templo, la Banda de Música Pascual Marquina interpretó, entre otras marchas, las cuales enlazaba unas con otras durante toda la procesión, 'Macarena' y 'Esperanza Macarena', tras abandonar la Plaza de La Merced.

De este modo, el tradicional acto de la pisa conserva todo el sabor de la vendimia tradicional. Los racimos de uva, transportados en viejos cestos, a lomos de un burro, fueron aplastados por los 'pisaores', para, a continuación, ser vertidos en una antigua prensa manual, de la que lentamente va manando el primer mosto, de manos de Manuel Contreras Zamora, VII Cofrade Ejemplar de la Agrupación de Cofradías de Montilla.


Así, el primer mosto fue ofrecido a la Santísima Virgen por Rocío Guijarro Jiménez y Francisco Jiménez Rodríguez, Vendimiadora y Vendimiador Mayor de la LXVIII Fiesta de la Vendimia de Montilla, acompañados por una decena de vendimiadoras y vendimiadores, mientras el párroco de Nuestra Señora de la Asunción bendecía el mosto. Previamente, el enólogo Miguel Cruz, en representación de la Cofradía de la Viña y el Vino, como Capataz de Honor de esta destacada celebración, fue el encargado de dar la orden para que comenzase la vendimia.

Dicho acto muestra públicamente la forma tradicional en que se trabajaba en las lagaretas, siendo especialmente apreciado por jóvenes y mayores, que así conocen y mantienen, si bien de forma simbólica, todo el sabor y olor de las viejas vendimias montillanas.

Previo a la procesión, la hermandad celebró, en la Parroquia de La Asunción, a partir de las 20.30 de la tarde, una Misa Flamenca en honor a Nuestra Madre y Señora de las Viñas, que fue oficiada por el consiliario de esta corporación, Rafael Gabriel Castro Flores, si bien las inclemencias meteorológicas impidieron que la sagrada eucaristía se celebrase en el patio de las Bodegas Pérez Barquero, desde donde, pasadas las 20.00 la tarde, la hermandad trasladaba, de nuevo a su templo, por la Avenida de Andalucía y las calles Sabio Andaluz y Doctor Raúl Porras, a su primera imagen titular mariana.


Asistieron a dicho acto institucional, entre otras personalidades, Garcilaso Cruz, hijo del compositor Ángel Cruz Pérez, autor del 'Himno a la Virgen de las Viñas; miembros taiwaneses, tal y como comentó el alcalde, Rafael Llamas; y en el tradicional acto de la pisa de la uva se dieron cita, en la Plaza de La Merced, representantes de los tres partidos políticos que conforman la Corporación Municipal.

Un hecho, este último, que no suele suceder, habitualmente, en un acto religioso. Como tampoco sucede, habitualmente, que en el acto de la pisa de la uva estén presentes tanto el pregonero de esta edición de la Fiesta de la Vendimia, Rafael Córdoba, como el Capataz de Honor, Miguel Cruz, en representación de la Cofradía de la Viña y el Vino.

La Fiesta de la Vendimia de Montilla, una celebración declarada de Interés Turístico

La Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles es una de las celebraciones del mundo del vino más antiguas de Andalucía y con más solera de nuestra comunidad autónoma, y la tercera más antigua de España, estando declarada de Interés Turístico, cuya fecha de resolución de dicha distinción tuvo lugar, según la página de la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, el 23 de diciembre de 1974.


En el expediente relacionado con la declaración de Interés Turístico de la Fiesta, que se inició el 10 de febrero de 1972, se establecía que "el día 13 de noviembre de 1955, un grupo de obreros, empleados y patronos del gremio vitivinícola montillano se reunieron para fundar la Hermandad de Nuestra Señora de las Viñas, con el fin de agrupar a todos los que de alguna manera están vinculados a la principal riqueza del pueblo".

Y deciden fundarla a iniciativa del afamado escritor y bodeguero José Cobos Jiménez, ante la preocupación que existía en aquel entonces por lograr la unión del gremio vitivinícola, desarrollar una labor social entre todos ellos, promocionar los vinos de la tierra, cuando apenas nuestros vinos eran conocidos en España y mucho menos en el extranjero, y dar culto a una patrona, honrándola anualmente en las fechas próximas a la vendimia.

Su primer hermano mayor y su primer secretario fueron, respectivamente, Álvaro de Alvear Zambrano y Arturo Hidalgo Trillo, quienes junto a Adolfo Baena, Javier Carmona Ramos, José Castro, José Delgado Arias, Antonio Espejo, Juan Luque Urbano, Antonio Maya, Antonio Navarro, Nicolás Ponferrada, Francisco Ramírez, José Rasero..., se encargarían de componer la primera junta de gobierno de la hermandad, que estaría conformada también por un miembro de cada bodega, un viticultor, un corredor de vinos y un cosechero, como muestra inequívoca del gran interés con el que los bodegueros montillanos colaboraron con el desarrollo activo de la hermandad.


Meses después, concretamente el 26 de agosto de 1956, el sueño de casi un pueblo entero se ve hecho realidad, ya que la imagen de Nuestra Señora de las Viñas, encargada al imaginero Amadeo Ruiz Olmos, es bendecida y traída en devota romería a su parroquia, partiendo de El Parador, ante la presencia de más de 12.000 personas, y actuando como padrinos de la ceremonia el entonces alcalde Rafael Ruz Requena y su esposa.

Culminaron, de manera magistral, los actos centrales de esta primera Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, Manuel Luque Velasco, primer pregonero del evento, y José María Navarro Requena, primer Capataz de Honor. Un cargo, este último, que desde entonces, y mediante la entrega de llaves de la bodega de la Casa Museo del Inca Garcilaso de Montilla, se erige, durante un año, en la persona que simbólicamente representa la función de dirigir y vigilar la elaboración del vino y en custodio y en defensor de los vinos de la zona.

Recordamos que en dicho museo residió durante treinta años quien es considerado uno de los más grandes cronistas de América y uno de los mejores prosistas del renacimiento hispánico: Gómez Suárez de Figueroa, el Inca Garcilaso de la Vega.


Durante el transcurso del acto, el capataz saliente debe dar lectura a un ripio ideado por el escritor montillano José Cobos, que solemniza el compromiso y realiza la entrega de llaves al capataz entrante, y que dice así:

"Flamante capataz que me relevas,
cofrade de fatigas y alegrías,
colega de trabajos y de días.
La llave del tesoro que te llevas,
celoso guardarás durante un año,
con dignidad, sin trampa y sin engaño.

Norma de tu gestión y tu destino
será en ‘non nobis’ del refrán latino,
que a lenguaje vulgar bien traducido,
en romance español ya convertido,
quiere decir que has de tener presente
que la bodega que te doy no es mía.

Nuestra común, vinaria sinfonía,
heredad de Montilla es solamente".

Destacadas personalidades provinciales y nacionales, como ministros, autoridades, escritores y periodistas de gran prestigio, entre otros, han acudido a Montilla a pregonar las cualidades de nuestros vinos, nuestra historia, nuestra geografía y nuestra cultura, donde el protagonista es el vino que nace de nuestra tierra, siendo siempre, durante muchísimos años, designados Capataces de Honor distintos bodegueros, como ha sucedido este año.


Dichos festejos adquirieron gran prestigio en la década de los años 60 y principios de los 70 del pasado siglo, contando con la asistencia de las más destacadas figuras internacionales, contribuyendo a dar a conocer el nombre de Montilla-Moriles tanto en Europa como en el mundo entero.

La primera Fiesta de la Vendimia, tras ser declarada de Interés Turístico, tuvo lugar en septiembre de 1975, siendo alcalde de Montilla Rafael Córdoba García, contando ese año con la presencia, entre otras máximas autoridades nacionales y provinciales, con tres ministros del Gobierno de España: el montillano Rafael Cabello de Alba, vicepresidente segundo y ministro de Hacienda; León Herrera Esteban, ministro de Información y Turismo; y José Luis Serón Ayuso, ministro de Comercio y pregonero de ese año.


Sin embargo, para las montillanas y los montillanos el momento central de la fiesta era y es la procesión de Nuestra Señora de las Viñas, a su llegada a la actualmente denominada Plaza de La Merced, donde los 'pisaores', siguiendo la tradición, pisan con sus pies las uvas para obtener el primer mosto, que es ofrecido a la Santísima Virgen en un enclave abarrotado de público, convirtiéndose así en el acontecimiento más multitudinario de cuantos se celebran en la Fiesta de la Vendimia de Montilla.

En sus inicios, la organización de la Fiesta de la Vendimia montillana corría a cargo de la Hermandad de Nuestra Señora de las Viñas, donde se encuentra el origen de esta destacada celebración, y del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Montilla-Moriles, a los que posteriormente se uniría un patronato creado en Córdoba e integrado por diferentes autoridades provinciales. Más tarde, y en detrimento en los últimos años de este último organismo, se uniría el Ayuntamiento de Montilla.














































































































 

BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA

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