11.1.14

Historia de la Hermandad de La Santa Cena


En 1957, un nuevo grupo de empleados de varias bodegas montillanas, entre los que se encontraban, entre otros, Javier Carmona, Arturo Hidalgo, José Jurado, Alberto Leiva, Juan Luque, Luis Portero, José Racero..., deciden reunirse en el bar de Juanito Márquez, situado en la calle Corredera, con la idea de iniciar las gestiones necesarias para la ampliación del apartado de Titulares de la Hermandad, mediante la incorporación de la advocación del Señor en la Santa Cena, contando, para ello, con el incondicional apoyo de los empresarios Álvaro de Álvear, José Cobos, José María Navarro Requena..., y, como no, con el del párroco de Nuestra Señora de la Asunción, don Antonio Gómez Márquez, a quien presentan el proyecto en octubre de 1957, y al que eligen, a partir de entonces, como su primer consiliario.

Seguidamente, y tras haber sentado las bases iniciales sobre las que se situaría tan ambicioso proyecto, el Hermano Mayor, Álvaro de Álvear Zambrano, encarga al famoso imaginero malagueño, Pedro Pérez Hidalgo, la talla del Señor en la Santa Cena que ni siquiera finalizaría, ya que debido principalmente al cobro por adelantado con el que se premió al artista, la Imagen tuvo que ser demandada ante la Guardia Civil, para ser definitivamente concluida y policromada en los talleres Salesianos de la Trinidad en Sevilla, por el director de la escuela, el maestro, José María Geronés.

Afortunadamente, y tras una espera de dos años y medio largos, la talla del Señor en la Santa Cena, donada, al igual que la Imagen de Nuestra Señora de las Viñas, por Francisco de Álvear, Conde de la Cortina, llega a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción el 21 de febrero de 1960, donde definitivamente es bendecida en una emotiva ceremonia presidida, por el que, desde algo más de un año antes sería nuevo Hermano Mayor, Julián Ramírez Pino, y durante la que actuarían como padrinos de la Imagen, José María de Álvear Zambrano y su esposa, Pilar Dávila, siendo, de ésta manera, el Lunes Santo de 1960 la primera vez en la que el Señor del Barrio procesionaba por las calles de nuestra ciudad.

Como dato realmente reseñable destaca el hecho que, en esa primera salida -realizada desde Bodegas Álvear, las bodegas más antiguas de toda Andalucía-, acompañaron al Señor doscientos cincuenta hermanos con túnicas realizadas en El Telar de la viuda de Manuel Jiménez León, siendo éstas ofrecidas a un precio de 200 pesetas a pagar en diez años, y de las que se encargarían de costear, algunas de ellas, las bodegas montillanas, ya que, sin embargo, un gran número de personas ligadas al mundo vitivinícola alumbraron aún sin la túnica de color crema y cubrerrostro, fajín y botonadura granate.


Salida del Señor en La Santa Cena desde las Bodegas Álvear / Foto: Memoria de la Semana Santa

Asimismo, igualmente dignos de mención fueron los estrenos, en esa mágica noche, entre otros enseres, de: la Cruz de Guía, realizada por el montillano Francisco García Márquez; el estandarte de la Cofradía, de raso granate, bordado por 'Maita'; y los motivos eucarísticos del emblema de la misma y que rematan los bordones, diseñados por el maestro José Delgado Arias, gran entusiasta de la Hermandad y que serían realizados en los talleres Angulo de Lucena.

Un año después, en 1961, la Hermandad celebra elecciones a Hermano Mayor, en las que sale reelegido, por otros tres años más, Julián Ramírez Pino.

Bajo su mandato, que comprendería los años que transcurren desde 1958 hasta 1964, la Cofradía, aparte de editar, en 1962, los primeros números trimestrales de la publicación 'Verde y Oro', desarrollaría una gran actividad, debida a las numerosas vocalías que, dada su impresionante labor, y la de José María Navarro Requena, se crearon.

Gracias a éste último, que hasta incluso llegó a crear, en el mismo seno de su bodega, una marca vinícola llamada 'La Santa Cena', la Cofradía pudo hacer frente a determinado tipo de gastos, debido a los beneficios que la venta de los vinos generaron. Tal es así que llegaron a encargar a los artistas montillanos, José González Candelas y José Gracia Naranjo, y al tallista, Francisco Solano Salido Jiménez, el paso de misterio al completo, de la Última Cena del Señor, que, en un principio, iban a costear las bodegas montillanas, pero, lamentablemente, y ante las dificultades financieras que surgieron, el proyecto quedó paralizado.

Fueron, sin ningún género de duda, los años de presidencia de Julián Ramírez de gran esplendor religioso y de vivencias entrañables, ya que no sólo se llevaría a cabo una espiritualidad nacida de grandes sentimientos, sino también una labor social hacia los más necesitados creándose: ayudas económicas hacia las familias más desfavorecidas, becas de estudio que concedería la Vocalía de Acción Social, y una sección juvenil, nacida en 1962 en el propio seno de la Hermandad, que estaría dirigida por el propio Hermano Mayor y por algunos miembros de su Junta de Gobierno, como Antonio Bellido, Joaquín Climent, Francisco Gracia, Miguel Navarro, Mariano Ruz...


El Señor en La Santa Cena, en la Plaza de La Merced / Foto: Memoria de la Semana Santa

También en ese mismo año, y debido a las reducciones dimensiones de la que hoy conocemos como Parroquia de Nuestra Señora de la Merced, el Obispado ordena, exactamente seis meses después del derribo de los añorados y emblemáticos Arcos de la Puerta de Aguilar, el inicio de la construcción de un nuevo Templo parroquial sobre los terrenos que el Excelentísimo Ayuntamiento de Montilla había cedido un año antes con el fin de satisfacer las necesidades de un Barrio que, cada año que pasaba, aumentaba considerablemente su número de habitantes.

Al año siguiente, en 1963, la Hermandad decide salir en procesión, de manera excepcional, desde la Parroquia de Santiago, con el objeto de poder organizar el cortejo dentro del Templo, algo que resultaba imposible realizar en la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced, debido a las razones antes mencionadas, las cuales obligaban a ordenar el Desfile en la misma plaza, teniendo que ser preparado el paso en la denominada Monumental Bodega de Álvear.

Ya en 1964, la Hermandad convoca elecciones a Hermano Mayor, en las que sale elegido, Fernando de Álvear Zubiría, quien ostenta tan distinguido cargo hasta 1967, fecha en la que Francisco Gracia Naranjo decide sucederle, siguiendo, de ésta manera, la línea de gran auge saetero que su antecesor iniciara, mediante la organización de varios concursos de saetas cantadas al Señor de la Santa Cena por notabilísimas figuras de tan ilustre arte, en una época en la que también se decide trasladar el Desfile Procesional al Martes Santo.

En 1970, año en que la Hermandad traslada su sede a la nueva Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, al abrirse, no sin muchos sacrificios, ésta al culto, el 30 de agosto de 1969, se hace cargo de la Cofradía, Rafael Molina Requena, vocal del Consejo Regulador de los vinos Montilla - Moriles.

Fragmento de la Historia de la Hermandad, realizada por Benjamín Portero Duque
Una Estrella en el Camino, Cuaresma de 2005

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