Martín expondrá en Sevilla sus retratos y escenas cofradieras realizadas sobre cartón con la tinta de un bolígrafo
Juan Miguel Martín, artista nazareno, expondrá en Sevilla sus retratos y escenas cofradieras realizadas sobre cartón con la tinta de un bolígrafo.
Estaba acostumbrado a pintar en pastel y acrílico, con un "estilo muy suelto y muy de manchas", hasta que un buen día, mientras esperaba en casa de un amigo para salir, comenzó a garabatear con un boli el retrato de su perro. "Entonces descubrí que se le podía sacar bastante partido al bolígrafo, ya que permitía muchos matices y contrastes". Desde hace dos años para acá, Juan Miguel Martín Mena (Cádiz, 1979), ha aparcado sus pinceles y se ha dedicado a madurar una original técnica, la de los dibujos a bolígrafo, que le ha permitido abrirse un hueco en el panorama de artistas locales y hasta organizar diversas exposiciones.
Sin más formación académica que la de sus dos años de Bachillerato Artístico, este artista de Dos Hermanas –ciudad en la que aterrizó con cuatro días de vida–, se considera un "autodidacta", compatibilizando su profesión de pintor con la de diseñador gráfico en una imprenta. Su pasión siempre han sido el dibujo y la pintura, tanto que desde que era un niño cambiaba los juguetes del día de Reyes por rotuladores y lápices de colores.
"Yo no tengo ningún don divino. Es cierto que para dedicarte al dibujo o la pintura tienes que tener ciertas cualidades, pero mi obra es más bien fruto del trabajo y de muchas horas de dedicación a algo que te gusta", expone convencido. Sus obras no son simples bocetos, sino retratos realistas a bolígrafo con la perfección y los acabados de un cuadro. Y aunque hay bolígrafos mucho más cualificados y recomendables para practicar la ilustración, a Juan Miguel Martín lo que le gusta de verdad es "el reto de sacarle el máximo partido a un instrumento tan sencillo como es el boli BIC de siempre, el de toda la vida".
Aunque cultiva en sus obras la temática taurina –"siempre me ha gustado mucho el campo, el toro, la fiesta, el colorido" –, y le gusta también plasmar rincones de Sevilla como edificios y monumentos, su producción está muy centrada ahora en los temas cofrades, protagonista de su próxima exposición en el Círculo Mercantil en plena Cuaresma, del 26 al 30 de marzo, y en la que compartirá cartel con otro extraordinario retratista a lápiz como es José Carlos González. De la tinta de sus bolis han salido obras como La Esperanza Macarena, el Señor de Las Penas de La Estrella y la Piedad del Baratillo, entre otras muchas, amén de varias escenas de monaguillos y costaleros. No crean que esta original técnica de pintar a boli agiliza el trabajo. Lo que este artista nazareno se ahorra en materiales -sólo emplea cartulinas en A3 y bolígrafos BIC–, lo emplea en horas de trabajo. "Por lo general, tardo una media de dos semanas en plasmar el rostro de una Imagen, que tiene mucho de trabajo previo. Para que en la cartulina definitiva el dibujo vaya impecable, yo suelo hacer alrededor de 20 bocetos previos de cada imagen".
Juan Miguel trabaja con una o varias fotos de una imagen a fin de captar sus rasgos. "El 70% de la obra es trabajo de plasmación realista de la fotografía. Luego, una vez terminada la imagen, hay un trabajo muy sutil de acabado en el que me permito ciertas licencias para aportar al dibujo algo de alma, que no sea sólo una foto". Su técnica no tiene secretos. "Realizo trazos rectos en la misma dirección. Lo que voy haciendo es una trama encima de otra, lo que va oscureciendo el tono". Y aunque comenzó empleando sólo tinta azul, ya se atreve a emplear en un mismo dibujo hasta tres tintas diferentes: azul, rojo y verde. Juan Miguel trabaja sin red, ya que esta técnica no permite equivocaciones. "Hay zonas que no te permiten errar. Lo mejor, en ese caso, para no perder tiempo, es tirar el dibujo a la papelera".
A sus 34 años, Juan Miguel Martín Mena empieza a despuntar dentro del panorama artístico local por la originalidad de la técnica empleada en sus obras. Aunque comenzó plasmando su producción sobre papel, con el paso del tiempo vio necesario saltar a la cartulina, un soporte de mayor grosor que le permite condensar en un mismo espacio un mayor número de tramas. Dentro de su obra, este artista nazareno ha dibujado Iglesias, torres, campanarios, monumentos y diversas escenas de temática rociera. Su técnica es tan original que hasta un dibujo suyo ha servido de portada para el nuevo disco de Miguel Ángel Cortés: 'El calvario de un genio'. Una gran parte de su trabajo se consume en el trabajo previo al dibujo. "Creo que me llevo el doble de tiempo mirando la fotografía que me sirve de base y el dibujo en sí que aplicando el trazo del bolígrafo". ¿Y cuál es la Imagen religiosa más difícil a la que se ha enfrentado? "Cada Imagen tiene algo diferente. A La Macarena la conozco muy bien. Es una Imagen bastante cercana para mí. Creo, sinceramente, que la Imagen más difícil de plasmar es la Virgen del Rocío, ya que tiene unos rasgos bastante peculiares. La neutralidad de su cara, esa expresión casi neutra, y una sonrisa que no es sonrisa, la convierten en una Imagen algo enigmática".
José Gómez Palas / El Correo de Andalucía
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