A lo largo de esta semana, el Colegio San Luis y San Ildefonso de Montilla ha celebrado la Festividad de San Francisco de Asís, colocando en el patio del centro educativo un mural en el que aparecía dibujado San Francisco de Asís y la silueta del crucifijo de San Damián.
Bendición de las mascotas en el Colegio San Luis
Los alumnos y las alumnas de las distintas clases fueron pegando un corazón de papel en la silueta del crucifijo para reflejar que San Francisco de Asís fue un enamorado de Dios y que toda su vida estuvo marcada por el Dios Amor.
También desde el Aula de Integración plantaron unas semillas de 'Pensamientos' para recordar a todos que San Francisco de Asís era amigo de la naturaleza, y, a la vez que plantaron las semillas, reflexionaron sobre los pensamientos de su Santo Patrón, que cada mañana dicen en la oración.
El pasado viernes, víspera de su Festividad, en el colegio comenzaron el día con la oración de la mañana. A continuación, los alumnos de infantil y primer ciclo de primaria llevaron sus mascotas para ser bendecidas por el reverendo padre don Carlos Jesús Gallardo Panadero, que seguidamente celebró la Eucaristía. Después del desayuno, todos los alumnos participaron en varias gymkanas, unos como participantes y otros como organizadores, terminando el día con la entrega de medallas.
Por su parte, durante los días 1, 2 y 3 de octubre, a partir de las 20.00 de la tarde, las Hermanas Clarisas del Monasterio de Santa Clara de Montilla han celebrado, en la Iglesia del mismo nombre, el Triduo en honor a su Seráfico Padre, San Francisco de Asís, junto con las Hermanas Terciarias Franciscanas del Rebaño de María del citado colegio San Luis de nuestra ciudad.
Solemne Triduo en honor a San Francisco de Asís
Ayer sábado, día 4, Solemnidad del Seráfico Padre, a partir de las 20.00 de la tarde, tuvo lugar una gran celebración y la veneración de su reliquia. Estos cultos han estado presididos por el reverendo padre don José Luis Moreno Modelo.
Las intenciones de los mismos han sido por la paz. Porque, como decía San Francisco de Asís, "donde hay guerra, pongo yo amor".
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