4.11.14

El montillano José Cárdenas y su lucha contra la epidemia de ébola que se está produciendo en el país africano de Sierra Leona


La solidaridad zarpa hacia Sierra Leona

San Juan de Dios envía 40.000 kilos de material para ayudar en la lucha contra el ébola al Hospital de Lunsar, donde trabajaba Manuel García Viejo.

Un contenedor con 40.000 kilogramos para abastecer el Hospital de Lunsar, en Sierra Leona, llegará a esta localidad en 15 días. Comida, sábanas, fundas de colchones, lejía, guantes, material escolar... El fruto de una campaña de San Juan de Dios para ayudar en la lucha contra el ébola.

La solidaridad canaria ha desbordado las mejores previsiones de la Orden de San Juan de Dios. La campaña dirigida a recaudar material para abastecer al Hospital de Lunsar, en Sierra Leona, en la lucha contra el ébola ha sido tan exitosa que el contenedor que envían mañana es el doble del previsto inicialmente. En concreto, el contenedor tiene una capacidad de 40.000 kilogramos que ayer los hermanos apuraban con centenares de bolsas y cajas.



Comida, sábanas, fundas de colchón, lejía, equipos de protección individual, guantes, material escolar... Todo iba introduciéndose de manera ordenada en el contenedor que está previsto que llegue en 15 días a Freetown, capital de Sierra Leona. De ahí irá a la ciudad de Lunsar, al hospital donde trabajaba el misionero Manuel García Viejo, fallecido a causa del virus del ébola cuando fue repatriado a España.

"Cuando lo reciban va a ser una fiesta. Cuando yo trabajaba en ese hospital, la llegada de un contenedor era motivo de una inmensa alegría", comentaba ayer el Hermano Superior de la Orden de San Juan de Dios, José Cárdenas, que conoce de primera mano cómo se vive en el St. John of God Catholic Hospital de Lunsar, ya que estuvo trabajando allí desde el año 1995 a 2001.

La lista del material necesario fue redactada por García Viejo, que mantenía una correspondencia regular con Cárdenas, al que conoció personalmente. Lo que más le preocupaba al misionero era contar con un aparato para esterilizar material quirúrgico que afortunadamente viajará mañana rumbo a Sierra Leona desde el Puerto de Las Palmas.

"Estamos aprovechando para meter todo lo que podamos en el contenedor. No queremos desperdiciar ni un solo hueco", explicaba Cárdenas, que no podía ocultar su emoción por la solidaridad que ha recibido del pueblo canario y de entidades como los supermercados Spar, la clínica San Roque o el Gobierno de Canarias.

El hospital de Lunsar cerró a principios de septiembre debido a la epidemia de ébola. Posteriormente abrió, pero tuvo que volver a cerrar por el fallecimiento de parte de su personal. Hace sólo unas semanas volvió a ponerse en funcionamiento gracias a las ayudas obtenidas. Con el personal mermado a causa del brote, actualmente sólo tiene abiertas 35 camas que se irán ampliando de manera progresiva.

Cárdenas sigue manteniendo un contacto fluido con el centro, donde, después del contagio que provocó el fallecimiento de varios voluntarios, se han intensificado las medidas de control contra el virus.

Además, desde hace unos días el personal trabaja en la lucha contra el ébola fuera del propio edificio. Al no tener espacio suficiente en los centros hospitalarios del país, los enfermos están siendo aislados en sus propias casas. Hasta ahí acude el equipo del Hospital de San Juan de Dios, no sólo a suministrarles medicamentos, sino también alimentos.

"Las personas que han estado en contacto con enfermos de ébola son estigmatizados. No pueden salir de sus casas y nadie va a verlos, por lo que mueren de hambre. Por eso ahora los trabajadores del hospital acuden a sus casas", explica Cárdenas, que recuerda que en las puertas de los domicilios de estas familias hay un militar controlando que nadie salga.

Actualmente, los trabajadores atienden en sus domicilios a unas 20 familias, unas 200 personas. Equipados con los monos de protección, acuden a sus viviendas para tratar los síntomas de las enfermedad, como fiebre o dolores de cabeza, ya que el virus no tiene un tratamiento específico. Además, en esas visitas les dan alimentos, porque de no ser así, perecerían.

Cárdenas insiste en que ir a la raíz es la única manera de terminar con este brote, que ha acabado ya con la vida de más de 5.000 personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

30 de octubre de 2014

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