17.12.14

La Hermandad Universitaria de Córdoba cumple 25 años


Un cuarto de siglo de exámenes duros con un proyecto que ha tenido que superar muchos obstáculos

Si fuese un estudiante, la Hermandad Universitaria de Córdoba habría escogido una carrera dura, de esas en las que se necesita más esfuerzo que en las demás para graduarse. La corporación más joven de la Semana Santa de la capital celebra a partir de esta semana los 25 años de los primeros pasos para su fundación. Será el próximo viernes, 19 de diciembre, con una Misa que se celebrará a partir de las 20.30 de la tarde en su sede, la Iglesia de San Rafael, y para la que se ha anunciado la presencia del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, que en su etapa en Córdoba firmó el decreto de aprobación definitiva de la Cofradía y bendijo al Santo Cristo de la Universidad en 2010.


La Hermandad Universitaria de Córdoba cumple 25 años / ABC Córdoba

Repasar su historia es encontrar raíces muchas veces distintas al árbol que surgió más tarde y desde luego un camino con muchos obstáculos. La Cofradía dio sus primeros pasos en 1989 bajo el impulso del cofrade y estudiante de Derecho, Francisco Beltrán. En aquellos primeros tiempos, estaba presente Juan Luis Sevilla Bujalance, cofrade de La Buena Muerte y pregonero de la Semana Santa cordobesa 2013. «Se dudaba entre salir el Martes Santo o el Jueves Santo por la noche y se quería hacer una Hermandad de silencio», cuenta.

Túnicas de cola

El hábito era distinto al actual y respondía al canon clásico de las Cofradías de silencio: túnica de cola suelta recogida al brazo y capirote muy alto. Juan Luis Sevilla cuenta cómo se decidieron por el negro, «pero otros preferían el blanco, que también significa luto». Piadosa y Muy Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santo Cristo de las Almas, María Santísima del Perdón y Santo Tomás de Aquino era el título de la Hermandad en los Estatutos «ad experimentum» aprobados por el Obispo Infantes Florido en enero de 1990.

El 5 de junio de aquel año se bendijo a la Virgen, ya con la advocación actual de Nuestra Señora de la Presentación y obra de Miguel Ángel González. «Había muchos profesores implicados. Se quería que cada facultad pagase un varal del palio», dice Juan Luis Sevilla, que habla que aquellos cofrades habían puesto sus miras en dos Cofradías, tanto para el hábito como para la forma de estar en la calle: La Buena Muerte de Córdoba y el Calvario de Sevilla, con cuya Imagen mariana compartían advocación. Los sueños se comenzaron a frustrar el 21 de noviembre de 1993, día de la presentación de la Virgen, cuando Francisco Beltrán murió en accidente de tráfico. No llegó a ver el primitivo estandarte, bordado en oro por Francisco Pérez Artés con el anterior escudo, que forma parte del cortejo penitencial de la Cofradía. El Cristo tenía que ser de Las Almas y la idea de que fuera sindónico no estaba tan definida.

La recuperación fue dura. En 1997 tenía una Junta Gestora y publicó un boletín, con los nazarenos en la portada. Eran los mismos que aquel Viernes Santo acompañaron en representación a la Cofradía del Santo Sepulcro. En aquella revista escribían muchos de quienes entonces llevaban la Hermandad y también Miguel Rodríguez-Pantoja, entonces vicerrector y hoy Hermano Mayor de la Cofradía. Tampoco aquel intento fructificó. «La Virgen estuvo expuesta y permaneció incluso algunos meses en paradero desconocido, hasta que se recuperó», cuenta Juan Luis Sevilla.

Hacia el año 2000, Miguel Rodríguez-Pantoja y Alberto Villar lideraron el intento de revitalización. No ayudaba el que la Iglesia estuviera casi siempre cerrada, pero en 2006 se aprobó la nueva Hermandad, con escudo y estética diferentes, tanto en el cortejo como en la forma de vestir a la Virgen.

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