4.8.15

El obispo de Córdoba califica a Carlos Linares durante la homilía de su funeral como «un hombre que ha estado siempre al servicio de todo el mundo»


Último adiós a Carlos Linares en un multitudinario entierro

DESPEDIDA DEL CANÓNIGO | El obispo presidió el sepelio del párroco de Santa Marina, fallecido el pasado domingo en Fuengirola.

Tal y como informa hoy martes, día 4 de agosto, ABC Córdoba, la capital cordobesa despidió ayer a uno de sus sacerdotes más queridos. El altar mayor de la Catedral fue el escenario del funeral de Carlos Linares Delgado, que el pasado domingo fallecía en la playa de Fuengirola a los 72 años. El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ofició un emotivo sepelio en el que se dieron cita numerosas personalidades del ámbito religioso de la ciudad, así como cientos de fieles de las diferentes parroquias en las que el clérigo ha dejado huella.



«Un hombre que ha estado siempre al servicio de todo el mundo». Con estas palabras definía el obispo al cura fallecido, cuyo féretro entraba en el templo principal de la Diócesis minutos antes de las seis de la tarde. Precisamente encima del ataúd se encontraba una casulla y una biblia, como símbolo de casi medio siglo dedicado al sacerdocio. En el altar, el estandarte de la cofradía del Resucitado, en la que ocupaba el cargo de consiliario.

Durante su homilía, el obispo afirmó que «siempre hemos de estar preparados para la muerte» y «qué mejor manera que celebrando una misa horas antes de que llegue», añadió. Hay que recordar que apenas dos horas antes del trágico suceso, el clérigo había oficiado la eucaristía dominical en la Parroquia del Carmen de la localidad malagueña.

El obispo anunció que «han sido muchas las muestras de cariño que hemos recibido desde que conocimos la noticia, procedentes de muchos sitios», gestos que «demuestran el afecto de todos los que le conocían».



Fue una ceremonia sencilla, pero emotiva. Con el único acompañamiento musical de un órgano y la voz de un sacerdote, cerca de un centenar de curas despidieron a Carlos Linares, cuya familia ocupaba el primero de los bancos. En cuanto al público, la presencia de casi medio millar de personas obligó al personal de seguridad a instalar sillas alrededor de la nave principal.

Carlos Linares fue hallado muerto el pasado domingo dentro del agua en la playa de Los Boliches, en Fuengirola, donde pasaba unos días de descanso junto a sus familiares. Su inesperada pérdida fue recibida con consternación por todos los que le conocían. Autoridades civiles, grupos de catequistas, miembros de hermandades, representantes de asociaciones solidarias, vecinos de su parroquia y religiosas, entre otros muchos, fueron testigos del último adiós de un hombre de profunda fe que supo llegar al corazón de sus fieles.

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