Danilo y su madre esperaron a San Francisco Solano para adornar la imagen del santo con bellas flores, ya que se encuentra en lista de espera para acceder a un trasplante renal.
“Le voy a pedir a San Francisco Solano que me dé el trasplante que necesito”, dijo con mucha fe Danilo Veloso Pintos, un niño de 12 años a quien le diagnosticaron una enfermedad renal hace 5 años. Desde pequeño, Danilo soñaba con que el santo, cuyo día se celebra cada 24 de julio en la compañía Minas de Emboscada, en Paraguay, visita su casa para poder rezarle y tenerlo cerca.
El año pasado, la sagrada imagen estuvo en la casa de un familiar suyo. Allí el niño expresó su deseo de que este año le tocará a él adornar y vestir a San Francisco Solano. “Mi tía se sintió muy bien después de vestirle a mi santo. Por eso yo quiero que venga a mi casa para que me cure”, manifestó.
La enfermedad y las constantes diálisis no impiden que Danilo muestre su carisma y amabilidad, por lo que es muy apreciado en toda la comunidad emboscadeña. Desde este año se vio obligado a abandonar la escuela, lo que le afectó bastante. La materia que más le gusta es Salud y sueña con ser un gran doctor.
Angelina Pintos, su madre, contó la lucha que día a día debe afrontar su hijo. “Lo que más cuesta es tener que volver después de su diálisis en colectivo desde el Hospital Nacional de Itauguá, porque no tenemos para pagar el taxi, ya que todo el dinero que entra es para cubrir su tratamiento”, mencionó Angelina.
El pequeño devoto prometió a San Francisco Solano que, cuando se cure, por siete años se vestirá con trajes hechos con plumas de aves, como es la tradición de los guaicurúes que llevan a cabo esta celebración desde 1920.
EXTRA PRESS / 21 DE JULIO DE 2016
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