8.1.17

Las Madres Concepcionistas del Convento de Santa Ana reflexionan en la conmemoración del Bautismo del Señor


Con motivo de la conmemoración del Bautismo del Señor, que celebramos hoy domingo, día 8 de enero, las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Convento de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, nos remiten el siguiente artículo -ilustrado con su correspondiente imagen, relativa al óleo sobre lienzo que se conserva en el propio templo-, que reproducimos a continuación.

Fiesta del bautismo del Señor

Celebremos hoy la fiesta del Bautismo del Señor, el servidor de Dios, ungido por el Espíritu Santo, el Mesías, para manifestar a todos la buena noticia de la salvación. Con esta fiesta, terminan los días de la Navidad: es el fin de una vida silenciosa en Nazaret y el inicio de su vida pública.


Jesús, al igual que los demás, acudió al río Jordán donde Juan bautizaba, un bautismo que inaugura una misión espléndida: predicar el Reino de Dios, promover el derecho y la justicia, abrir los ojos de los ciegos, curar a los enfermos y sacar a los cautivos de la prisión.

¿Cómo podría Jesús de Nazaret, el carpintero pueblerino, llevar a cabo esta tarea? Algo tendrá que hacer. Por lo pronto, él se siente empujado a unirse a los que escuchaban a Juan y recibían su bautismo de penitencia. Era una voz nueva y conmovedora. Juan era el verdadero profeta. El rito del bautismo resulta original. Era un signo de conversión, un deseo de cambiar de vida. Había que cambiar, porque el Mesías se acercaba y estaba para empezar una era nueva.

También nosotros que hemos sido bautizados como Jesús, hemos sido ungidos por el espíritu para continuar su obra liberadora. Hemos sido ungidos para servir a los hermanos, para evangelizar a los pobres, para combatir los malos del mundo, para crear una fraternidad universal.

Hemos sido bautizados para ser testigos de Jesús en medio de nuestro mundo, de manera que se transparente en nuestras vidas. Es lo que decíamos el día de la Epifanía del Señor: volver a la vida cotidiana tras la Navidad por otros caminos, el camino del amor, el camino de Jesús.

SOR MARGARITA / MADRES CONCEPCIONISTAS DEL MONASTERIO DE SANTA ANA

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