Hoy, día 15 de agosto, además de la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, celebramos la festividad del Tránsito de la Virgen. Para quien lo desconozca, en la Iglesia de San Agustín de Montilla se venera una imagen de Nuestra Señora del Tránsito.
El Tránsito de María es, en el catolicismo, la glorificación del cuerpo de la Virgen María mediante la definitiva donación de la inmortalidad gloriosa sin pasar por la muerte, es decir, al contrario que sucede en la muerte humana, la intervención divina de su hijo hizo que cuerpo y alma glorificados no se separasen en espera del juicio final y ascendieran unidos a los cielos.
Según el dogma establecido por Pío XII el 1 de noviembre de 1950, «pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado. Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste».
En el cristianismo católico romano de Oriente y Occidente, la Asunción de la Virgen es un dogma de fe desde 1950. Si bien el dogma no se pronuncia explícitamente sobre la muerte de la Santísima Virgen, la tradición mayoritaria considera que la Virgen fue asunta a los cielos, en cuerpo y alma.
REDACCIÓN / PASIÓN POR MVNDA
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