21.11.17

Sor Beatriz Mumbua emite la profesión de votos solemnes en la Iglesia del Monasterio de Santa Ana


Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Monasterio de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, nos informan que el pasado sábado, día 18 de noviembre, a partir de las 17.00 de la tarde, la hermana del convento, Sor Beatriz Mumbua Mule emitió la profesión de votos solemnes en una preciosa celebración, a la que asistieron numerosas personas. Por este motivo, publicamos el siguiente texto en el que Sor Beatriz comparte con todos nosotros lo que su entrega al Señor ha supuesto para ella.


El amor de mi alma

¡Cuántas maravillas has hecho, Señor Dios mío! ¡Cuántos planes en favor nuestro! ¡Nadie se te puede comparar! ¡Intento proclamarlas, decirlas, pero supera todo número! (Cf. Salmo 39).

Como dice este salmo, son muchas las maravillas que Dios ha obrado en mi favor desde que decidí entregarle mi vida. Quisiera compartir un poco mi experiencia del día de mi profesión y los días antecedentes. Antes de este día tan solemne, había hecho los ejercicios espirituales de un mes.


Todo el mes de octubre, estuve retirada a solas con Jesús a quien más tarde iba a ser el único amor de mi alma. Nunca en mi vida había sentido la intensidad del amor de Cristo como durante estos días de retiro. Experimenté el abrazo de un corazón sediento de amor, del corazón de Jesucristo que me sedujo por completo.

Descubrí que solo él podía satisfacer mis ansias de amor y sólo de él puedo recibir la máxima capacidad de amarle como merece. Él me quitó el miedo y las dudas que solían paralizarme y me dio una gran paz y seguridad de que quien confía en él, nunca quedará defraudado. Como los discípulos en el día de Pentecostés, me dio una fortaleza tan grande que ya no podía echarme atrás, sino entregarme del todo.

Y por fin llegó el gran día inolvidable de recibir definitivamente al amor de mi alma. Antes de este día, había recibido muchas felicitaciones y regalos que me hacía cada vez más fuerte y feliz interiormente, pero en lo más íntimo de mi corazón, estaba esperando el mejor regalo: mi esposo.


Estuve muy acompañada por las hermanas de la federación y de la orden desde la oración y algunas con su presencia. Mi padre espiritual, don Carlos Gallardo Panadero, presidió la eucaristía, concelebrada por don Ángel Lara Merino, don José Félix García, don Antonio Ramírez y Fray Joaquín Pacheco, franciscano. Además de los preciosos cantos que las hermanas cantaron, nos acompañó una pequeña orquesta formada por mis profesoras de música que solemnizaron la ceremonia.

En la homilía, don Carlos me exhortó a “no poner el énfasis en las felicitaciones y regalos, sino en Cristo pobre, casto y obediente. Tu entrega es a Cristo crucificado y resucitado. Igual que el cáliz que no sirve nada más que para la sangre de Cristo. Así son las almas que se consagran a Dios: que quedan reservadas para sólo para Él.


Lo que estamos celebrando hoy es una obra de Dios en un corazón humano. Un corazón que ha sido alcanzado por Dios y quiere responder a este amor. La vida contemplativa es un misterio que el mundo no entiende, y si lo entendiera, sería una mala señal, porque tampoco entendieron al Señor. Hoy Santa Beatriz desde el cielo se alegra al ver su sueño cumplido en sus hijas que siguen entregándose al servicio de Dios.

La eucaristía fue muy emotiva y yo estaba totalmente en calma. Estoy muy agradecida a Dios por todas estas proezas que Él ha hecho en mí, en especial por el don de mi vocación contemplativa. Agradezco también a María Inmaculada por acogerme como hija suya en esta orden suya y a nuestra madre Santa Beatriz por su intercesión constante.

Os pido que no ceséis nunca de rezar por mí para que pueda perseverar, cumpliendo con fidelidad, lo que he prometido al Señor. Yo a mi vez os prometo mi constante oración por nuestro pueblo, por cada uno de vosotros y a todas las personas que nos acompañaron en este día. Gracias a todas de todo corazón.



SOR BEATRIZ MUMBUA MULE

No hay comentarios :