25.2.18

Las Madres Concepcionistas del Monasterio de Santa Ana reflexionan en el segundo domingo de Cuaresma


Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Convento de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, reflexionan, con un comentario al Evangelio, en este segundo domingo de Cuaresma.

Transfigúranos, Señor

Seguimos nuestro camino cuaresmal hacia la Pascua. El Evangelio de hoy nos presenta la preciosa escena de la Transfiguración del Señor en el Monte Tabor. Ahí en el Tabor, Jesús y los discípulos tienen una experiencia de Dios muy intensa. Ahí suena la voz del Padre: “Este es mi Hijo amado” y Jesús asume la voluntad del Padre vaciándose de su propia voluntad.


El Tabor puede ser el resultado de la subida y el vaciamiento, y tras dejar a Dios, que actúe en nuestras vidas. Sentimos su presencia, una presencia que nos llena y nos acompaña, nos habla, nos protege. Son momentos de plenitud que Dios hace sentir.

Cuando nos olvidamos de nosotros mismos, cuando nos agotamos en su servicio, cuando vencemos la tentación de cualquier apego, cuando aceptamos el sufrimiento que forma parte de nuestra vida, cuando no pretendemos ganar, cuando compartimos lo que somos y tenemos con los demás, cuando nos arriesgamos por el que menos tiene, cuando enjugamos las lágrimas del que sufre, cuando oramos en el amor, cuando ponemos nuestra voluntad en las manos de Dios, sin volver la vista atrás...

En todo esto, la transfiguración viene a ser el efecto que produce el sol cuando da de lleno en una vidriera limpia. Se ve todo precioso, lleno de una luz hermosa que ilumina hasta lo más profundo de nuestro ser.

El Monte Tabor es también un monte de la libertad y del amor. Transfigurado para que sientas el amor, para que creas en el amor, para que te abras al amor, para que te entregues al amor, para que te siembres en el amor.

La Transfiguración es un don de Dios para confortarnos la fe, la esperanza, para hacerlos sentir un poco del cielo. Él sabe bien que lo necesitamos, sobre todo para vivir en el amor. Feliz Día del Señor. Le pedimos al Señor la gracia de la transfiguración para que podamos escuchar sus palabras: "Éste es mi Hijo amado, escuchadlo".

SOR MARGARITA / MONASTERIO DE SANTA ANA

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