22.4.18

Las Madres Concepcionistas del Monasterio de Santa Ana reflexionan en este cuarto Domingo de Pascua


Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Convento de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, reflexionan en este cuarto Domingo de Pascua.

Yo soy el Buen Pastor

¡Qué bien ha pintado Jesús la imagen del Buen Pastor! Tenemos tan entrañada esta imagen que nos resulta difícil desprendernos de ella. No es extraño que se hayan multiplicado en todos los tiempos copias de artistas de gran valor. Es una de las imágenes que más se nos ha grabado.


Pastor es el que conoce, el que defiende, el que conduce, el que alimenta a sus ovejas. O, dicho de una manera más breve, pastor es el que ama a sus ovejas, el que se entrega por ellas. No es pastor el que utiliza, se aprovecha o se sirve de las ovejas, sino el que se entrega a ellas. Diría el Papa Francisco que el pastor tiene que tener olor de oveja.

Cristo será siempre el modelo perfecto de pastor, el único pastor. Nadie puede llamarse pastor si no participa del espíritu pastoral de Jesucristo. Todos estamos llamados a ser pastores, pero por participación. Cristo es el Pastor que hace pastores.

Un pastor es aquel que conduce a los demás, el que guía y enseña. Todos necesitamos de alguien que nos guíe y nos corrija, nos estimule y nos haga crecer, nos acompañe y nos ayude, y sobre todo, lo más importante, alguien que nos quiera, que nos quiera desde la libertad.

Necesitamos del pastor, porque tendemos a lo cómodo y lo caprichoso, porque nos equivocamos y exageramos, porque nos cansamos y nos desviamos con facilidad. Necesitamos de alguien que confirme nuestros ideales, que renueve nuestros valores, que nos ayude a encontrar el camino más acertado.

Y necesitamos de alguien que comprenda nuestros problemas y respalde nuestras opciones y sepa decirnos una palabra atinada o encendida. Necesitamos de alguien en que podamos confiar incondicionalmente, dispuesto siempre a acompañar o echar una mano. Y de alguien que sea un punto de referencia seguro y que vaya siempre un poco por delante. Necesitamos del pastor.

Cristo, el buen Pastor nos dio el ejemplo a seguir. Nuestros padres, los sacerdotes, los educadores, los políticos... juegan ese papel del pastor, pero siempre que lo hagan desde Cristo. Hoy, Domingo del Buen Pastor, oremos al verdadero y buen Pastor por las vocaciones, para que nos dé pastores conforme a su corazón para que nos apacienten con entrañas de misericordia.

SOR MARGARITA / MONASTERIO DE SANTA ANA

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