7.9.23

Así es la carta semanal del Obispo de Córdoba

Un nuevo diácono por la Fuensanta

Comienza el curso de la mano de la Virgen. En muchos pueblos de nuestra Diócesis y del orbe católico es fiesta grande el 8 de septiembre por el nacimiento de la Virgen María. En muchos lugares, además, son las fiestas principales de la Virgen, que llenan de alegría nuestras vidas. En Córdoba es la Virgen de la Fuensanta, patrona de la ciudad. Ella da nombre a un barrio, el que está en el entorno de su santuario, pero es fiesta en toda la ciudad que la tiene como patrona.


Es frecuente en estos días la imagen de los niños que acuden al colegio, algunos por primera vez, otros ya veteranos, de la mano de su madre. Me evoca esa imagen la preocupación maternal de María por cada uno de nosotros al comienzo de esta nueva etapa de nuestra vida, al comienzo del nuevo curso pastoral. De la mano de María iniciamos esta nueva etapa, sabiendo que Ella estará presente todos los días y nos cuidará, como una madre cuida de su hijo pequeño.

Y de pronto, un nuevo diácono, Álvaro Fernández-Martos Yáñez. En la fiesta de la Virgen de la Fuensanta, recibimos de su mano este gran regalo de la ordenación de un nuevo diácono. En Córdoba, los diáconos suelen ser ordenados por la fiesta de la Inmaculada. En este caso, se ha adelantado tres meses. Y estamos contentos por ello y hacemos fiesta especial.

El paso del diaconado es un paso definitivo en el camino hacia el sacerdocio. Es ya el primer grado del sacramento del Orden, que configura al ordenado con Cristo Siervo. Es decir, lo hace ministro de Cristo en esa dimensión esencial de la vida cristiana y eclesial, que es el servicio.

Jesús lo enseña claramente en el Evangelio, cuando habla del estilo de mandar por parte de los jefes de este mundo y lo contrapone a la actitud del servidor en la comunidad cristiana. “No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser el primero, que sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos” (Mc. 10, 43-45).

Esto vale para todos, pero el diácono hace presente sacramentalmente a Cristo en medio de la comunidad con esta actitud de Cristo, que llenó de asombro a los apóstoles, cuando Jesús en la última Cena se puso a lavarles los pies. Quedaron desconcertados. Jesús no llega a nuestras vidas por el camino de la prepotencia o del poderío, sino por el camino de la humildad y del servicio.


El diácono es prolongación personal de Cristo en esta actitud fundamental cristiana y es consagrado por el sacramento del Orden para servir a Cristo, para servir a la comunidad cristiana, para servir especialmente a los pobres. En la jerarquía eclesiástica se entra por el camino de la humildad y del servicio: no hay otra puerta.

En el diaconado, el que es llamado hace públicamente sus compromisos ante Dios y ante la Iglesia. Asume gozosamente el compromiso de vivir el celibato durante toda su vida, como signo de esponsalidad con Cristo y como signo de otra fecundidad, la que viene de lo alto y reparte vida eterna a todo el que se acerca al Señor. El corazón del nuevo diácono queda consagrado a Dios para siempre y al servicio de la comunidad. Es un paso, por tanto, muy serio y muy importante.

Asume también el compromiso de vivir en la obediencia, al estilo de Cristo. Y el compromiso de prolongar la oración de Cristo en la comunidad cristiana por medio de la Liturgia de las Horas, en favor de toda la humanidad. Ya podrá celebrar varios sacramentos y, sobre todo servir a la mesa del altar, repartir la sagrada comunión y servir a los pobres, que son signo de Cristo.

Pedimos a la Virgen de la Fuensanta que tome consigo a Álvaro y no lo suelte nunca de su mano, porque Ella es la mejor garantía de fidelidad a Dios y a los compromisos adquiridos. Y rezamos por tantos jóvenes que se están planteando su vocación, para que si Dios los llama al sacerdocio, respondan generosamente, porque los necesitamos. Recibid mi afecto y mi bendición,

DEMETRIO FERNÁNDEZ, OBISPO DE CÓRDOBA
CARTA SEMANAL REMITIDA POR LA DIÓCESIS
FOTO Y VÍDEO: DIÓCESIS DE CÓRDOBA

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