En un ambiente de creciente fervor popular, Montilla entera se vuelca con su Semana Santa, y esta actitud empieza a dar frutos. Uno de los más importantes ocurrió en 1914, año decisivo para la Semana Mayor montillana, que conoció el nacimiento de la Cofradía del Señor de las Prisiones. Desde la Ermita de La Rosa, y ya en su primera Estación de Penitencia, la nueva Cofradía organizó el acto de El Prendimiento, escenificación que pasaría a convertirse en uno de los momentos más singulares y esperados de toda nuestra Semana de Pasión. La revista dominical 'El Eco Parroquial', editada durante el quinquenio de 1912 a 1917 por los párrocos de nuestra ciudad, en el número 112, correspondiente al año III de esta publicación, y bajo el título 'Nueva Cofradía', recoge lo siguiente:
Hace algunos meses que varios jóvenes de esta ciudad se reunieron para acordar la constitución de una Cofradía que tuviera como fin el fomentar el culto de la venerada Imagen de Nuestro Salvador, que con el título de Señor de las Prisiones, se venera en la Parroquia de Santiago. Determinaron sacarla en Procesión por nuestras calles la tarde del Jueves Santo, acompañado de la hermosa Imagen de Nuestra Señora de los Dolores -hoy de La Esperanza-, que se honra en la Iglesia de San Francisco de Asís.
Prendimiento a Jesús de las Prisiones, en la entonces llamada Plaza de José Antonio
Este propósito, gracias a Dios, va a llevarse a la práctica, pues las dificultades que parecían impedirlo ha podido vencerlas el entusiasmo de la juventud que patrocinó la idea, y sin reparar en sacrificios se ha provisto de lucidos trajes de penitentes para acompañar a Nuestro Señor.
Esta Imagen representa a Nuestro Redentor en el momento en que fue Preso en el Huerto de los Olivos en aquellas tristísimas horas de la noche en que fue llevado maniatado, de tribunal en tribunal, por las calles de Jerusalén, rodeado de la soldadesca del imperio y del populacho impío e ingrato que pedía a gritos su muerte. Los Soldados Romanos, que ya el pasado año con el aplauso de todos lucieron en nuestras Cofradías, representarán el acto de El Prendimiento y después acompañarán a Nuestro Señor.
Terminamos recomendando lo mismo a los cofrades que a los Romanos: que hagan animar sus almas de los sentimientos de dolor que estos misterios de la Sagrada Pasión representan. Que cumplan todas sus obligaciones y preceptos de la Iglesia, que es el único modo de agradar a Dios. Y a nuestros feligreses que miren con simpatía esta Cofradía y que la ayuden en la medida de sus fuerzas.
Memoria de la Semana Santa
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