16.2.14

Locura y ética del costal


Un libro analiza las motivaciones que llevan a meterse bajo las trabajaderas

Dos profesores de Psicología son sus autores

¿Venís para saber si estamos locos? La pregunta no tenía mala intención, ni tampoco la pregunta a la que, paradójicamente, había sido respuesta. Pero sonó más de una vez cuando los profesores de Psicología Rafael Moreno y Moisés Ríos se acercaron a los costaleros. Les pedían una charla, una entrevista abierta, para hablar sobre sus motivaciones y encontraron su colaboración.

Ahora los resultados están en un libro cuyo título juega con esa pregunta. '¿Locos del costal? Aproximación psicológica al costalero', publicado por Abec Editores, se presentó ayer en Córdoba en un acto muy concurrido, organizado, entre otros, por la Hermandad de El Prendimiento de la capital. Moreno, catedrático de la Universidad de Sevilla, explicó que el objetivo era conocer "cómo piensan, cómo sienten y qué hacen los costaleros".


Un momento de la presentación del libro, en el Colegio Salesianos de Córdoba

El autor enumeró una serie de motivos por los que alguien es costalero. En primer lugar, la afición al oficio, pero también la devoción hacia determinadas Imágenes, como cualquier cofrade. El compañerismo mueve también a muchos de los costaleros, junto con un factor que los autores del libro destacaron: la identificación con la Semana Santa y con la ciudad a la que pertenecen, que les hace sentirse privilegiados por poder desempeñar el trabajo de llevar los pasos. No en vano, insistió Rafael Moreno, también era importante cierto reconocimiento social en el ámbito de la familia y los amigos. No son motivos excluyentes.

Más de 150 costaleros sevillanos, aunque sus respuestas son extensibles a todas las ciudades de Andalucía occidental, entre los 18 años y los más de 60, respondieron a las preguntas, que se hicieron de forma abierta y con resultados que nunca pueden ser cuantitativos, aunque sí permiten conocer al costalero. El estudio elaborado por Rafael Moreno y Moisés Ríos aborda además las diferencias entre los costaleros actuales y los antiguos, llamados profesionales, y los de la transición, los primeros hermanos. "Los antiguos coinciden en que si no había afición, no se podía, que no sólo estaba el dinero, porque tenían que trabajar todos los días".

L. Miranda / ABC Córdoba
Fotografía: R. Serrano

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