EL BRINDIS (PLAY GASTRO | DESTINO CÓRDOBA) | El Hombre Gancho y la sociedad secreta de los cocineros locos.
El grupo cordobés demuestra su gusto por la buena mesa dentro y fuera de la cocina, con recomendaciones y consejos.
El Hombre Gancho sorprendía a principios de año con la noticia de su regreso y precisamente volvieron a subirse a los escenarios en un festival muy ligado a la gastronomía, el Sonorama Ribera. Afirman que disfrutaron mucho de los vinos de allí, pero pronto aprovechan para reivindicar los de su tierra: "La denominación de origen de Montilla-Moriles está a la cabeza de los grandes vinos no sólo de Córdoba sino a nivel mundial". De vino, garbanzos con espinacas, ensalada cortijera y otras delicias cordobesas conversamos con Maikel de la Riva y Pepe García-Román, dos músicos que disfrutan comiendo tanto como en un concierto.
Nada más empezar la entrevista dejan claro que les encanta todo lo que tenga que ver con la gastronomía: "Tenemos una asociación. Nos hacemos llamar los cocineros locos y nos juntamos unos amigos todos los domingos y cada uno propone un plato cada semana y yo te digo que muchos restaurantes quisieran ficharnos", bromea Maikel.
De esas reuniones han salido platos como arroz con bogavante, guisado con salmón o gazpacho de calabacín. Pepe reconoce que su función es más la de "catador", dando fe de que los platos son "premium": "A Chicote se le caerían cuatro lágrimas con los platos que preparamos", asegura.
Otro que cocina y muy bien es Kike Arranz, el bajista de la banda: "Le pega de tacón a los platos cordobeses, sobre todo al salmorejo y a los garbanzos con espinacas, un plato que tiene su origen en la cocina árabe, que es espectacular".
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— Sergio Ortega (@sergio79078766) octubre 13, 2014
También de procedencia árabe son las llamadas ensaladas cortijeras. Pepe no olvida una que tomó en una casa rural con naranja, bacalao y aceite. "La tomé para desayunar y el contraste del ácido con el bacalao estaba buenísimo", recuerda.
La santísima trinidad de Córdoba son el salmorejo, rabo de toro y flamenquines, pero hay que tener cuidado de dónde se mete uno a la hora de probarlos. Ellos recomiendan varios restaurantes de la zona de la Judería como Casa Pepe, El Churrasco, La Almudaina, El Caballo Rojo o Los Berengueles. El restaurante Rafalete es famoso por sus flamenquines, pero ellos tienen su rincón especial, el Moriles: "Es un bar de barrio, que está en la zona de los estudiantes y que tiene un menú bastante asequible. Allí te pides un flamenquín y aciertas. La relación calidad-precio es estupenda".
Si hay un bar que tanto los cordobeses como los foráneos son asiduos es el Santos, justo enfrente de la Mezquita: "La cuñita de tortilla del Santos son restos de la muralla China porque es altísima y gordísima. No parecen tortillas, parecen bidones", cuenta Pepe, que se acuerda de cuando quedaba con los amigos en el patio de Los Naranjos y les entraba hambre e iban al Santos.
Si dejamos la capital y nos alejamos un poco, el grupo nos recomienda probar el dulce membrillo de Puente Genil -"se suele tomar como entrante, con un poco de queso blanco encima"- y el jamón de la sierra de Los Pedroches: "Yo no sé si tiene denominación de origen pero si no, habría que hacer un escrito para que lo tenga", dice Maikel.
Todos estos platos combinan perfectamente con un buen vino de Montilla-Moriles. Para el postre recomiendan uno más dulce de Pedro Ximénez. Incontrolable es el deseo de irse para Córdoba a disfrutar de su gastronomía e incontrolable es el primer single de su nuevo disco, que está recién salido del horno.
11 de octubre de 2014
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