10.11.14

Atribuyen a los autores de La Oración en el Huerto y la Virgen de La Aurora de Montilla la realización de las Imágenes de la Hermandad de La Caridad de Córdoba


75 ANIVERSARIO | Atribuyen las Imágenes de La Caridad de Córdoba a autores granadinos.

El Señor sería obra de Pedro Freila de Guevara, autor también, en 1625, de la montillana talla de Jesús Orando en el Huerto, y la Virgen, de Diego de Mora, quien realizó igualmente, en 1698, la Imagen de Nuestra Señora de la Aurora, Patrona de Montilla.

De los actos organizados por la Hermandad del Señor de la Caridad de Córdoba por el 75 aniversario de su refundación como Cofradía Penitencial han quedado, entre otras cosas, dos conferencias que han servido para atribuir sus dos Imágenes a sendos autores de la escuela granadina y para fijar también la época en que se realizaron. El director del Museo de Bellas Artes, José María Palencia, pronunció hace meses la primera, justo cuando el Señor de la Caridad estaba en la que había sido su casa durante siglos: el hospital que llevaba su nombre.


Jesús Orando en el Huerto de Montilla / Foto: Benjamín Portero Duque

Palencia estudió este Crucifijado, de los más valiosos artísticamente de los que salen en procesión en Córdoba, y lo adjudicó a Pedro Freila (o Freile) de Guevara, un escultor que nació en Freila, entre Guadix y Baza, a finales del siglo XVI, que se formó en Granada y que residió en Córdoba desde 1606, poco después de la muerte de Juan de Ochoa y Hernán Ruiz III. «Tiene obra en Montemayor, donde tiene un retablo, Montilla y Santaella. Aunque no es muy conocido era un gran escultor, pero muchas obras se atribuían a Alonso de Mena, que trabajó en la misma época», aseguró José María Palencia, que le adjudicó también la Imagen de San Pablo que está en la Catedral, la Virgen de la Luz de Santa Marina y Jesús Nazareno de Puente Genil, conocido como «El Terrible».

Hacia 1616 trabaja para la Iglesia de San Francisco, y dos años antes, el comerciante Juan Draper había donado a la Hermandad de la Caridad, como pago de una deuda, la Imagen de un Crucificado, al que rindió culto a partir de entonces. «Se nota la impronta del Cristo de Pablo de Rojas para el coro de la Catedral de Granada», dijo. También de la ciudad del Genil, aunque de época más tardía, llega la otra imagen de la Cofradía, la Dolorosa. La atribución tradicional era al escultor José de Mora, pero el historiador del arte Francisco Mellado Calderón ha concluido que es obra de su hermano, también notable escultor, Diego de Mora (1656-1729).


Nuestra Señora de la Aurora, Patrona de Montilla / Foto: Benjamín Portero Duque

Oratorio de San Felipe Neri

Mellado recordó cómo se decía que la Virgen, de talla completa, arrodillada y con las manos unidas, venía del Oratorio de San Felipe Neri, y que la había donado a la Cofradía Penitencial su primer Hermano Mayor, Antonio Priego. Lo primero es cierto, lo segundo no. Así, en 1836, cuando se desamortiza el edificio que hoy usa el Ejército, la Imagen de la Virgen pasa a San Francisco, y según consta en varios documentos, pasa junto a la Imagen del Crucificado, como sigue ahora.

Diego de Mora fue autor de muchas Imágenes que se atribuirían después a su hermano José por su mayor prestigio crítico, entre ellas esta Dolorosa. Sin embargo, la Imagen para el Oratorio de San Felipe Neri no pudo hacerse antes de 1700, cuando se construyó esta Iglesia. Para esa época, José, que tras enviudar pasó por una fuerte depresión, apenas trabajaba. Su hermano Diego asumió los encargos del taller que había fundado el padre de ambos, Bernardo de Mora, afirmó el estudioso, que aseguró que rasgos como «los párpados, nariz y el tabique nasal elevado» son características de esta Virgen y de otras Imágenes de Diego de Mora, como la Madre de Dios de la Cofradía del Huerto de Granada y Jesús del Rescate. Se le han atribuido hace poco más Imágenes, como la Virgen del Carmen de Rute y la de la Aurora de Priego. «La tuvo que hacer en los primeros años del siglo XVIII, no antes de 1700, y con la vestimenta de la corte de los Austrias, con la toca larga, cuyo final no se ve, al estar arrodillada», concluyó el historiador.


El Señor de la Caridad, durante un besapiés, junto a su Dolorosa / Foto: ABC Córdoba

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