10.11.14

Cofradías del Rosario, de la Aurora y de la Rosa (I de III)


El pasado 14 último, segundo domingo del corriente mes de noviembre de 1999, día de su festividad en Montilla -tras del arreglo exterior de la fachada, colocación de nueva torre de espadaña a la vista y de su rehabilitación interior-, ha sido abierta al culto la Ermita de Nuestra Señora de la Rosa. Nunca con mejor ocasión de recopilar, aunque sea sucintamente, cuando es conocido acerca de los anales de la antigua Cofradía a la cual debe su nombre y de las relacionadas con ella.


Corona de la Virgen de la Rosa

Si bien un antiguo autor refiere que por los primeros protocolos testamentarios relativos a 1510, "ya los fieles dejaban sus limosnas (...) a tan soberana Señora" -puesto que la advocación y devoción del Rosario comenzó a ser divulgada en memoria de la victoria en la batalla naval de Lepanto (12-X-1570)-, se inició en la Iglesia Parroquial de Santiago hacia 1580 -con licencia diocesana y bula del P. General de la Orden de Predicadores, recogida ante el escribano Díaz (9-X-1589), y bajo constituciones aprobadas (17-V-1590) y ratificadas (6-IX-1597)-, ocupando su altar el sitio de la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza -anterior del vínculo de Diego de Trillo-, permutado en 1693, cuya nueva capilla terminada en 1698, siendo Hermano Mayor Francisco Ximénez Rubio, la reformó Francisco García Rubio en 1708, habiéndose sustituido el retablo dorado por Pedro Delgado (1583) por el encargado a Pedro José de los Cobos (1705-1706), incluyendo el vistoso retablo barroco las esculturas de Santo Domingo de Guzmán y Santa Teresa de Jesús (esta última donada a la Cofradía en 1704 por María de Alba y Luque). No sabemos de la primitiva Imagen -antes de la adaptación del camarín y obra autorizada por el marqués de Priego (1739), en la que trabajaron los canteros Salvador Carrasco y Vicente del Pino, de Lucena, y Alonso de Orgaz, de Cabra-, a la cual reemplazó la realizada por Luciana e Ignacia María de Cueto y de Isabel de Harana -hijas del matrimonio Jorge de Cueto y de Isabel de Harana y Pantoja (casados en Córdoba y velados en Santiago de Montilla en 1690), las cuales cobraron a cuenta de la hechura "seis fanegas de trigo tasadas a 25 reales cada una"-. Antonio Villegas decoró la capilla en 1789.

Los cultos entonces consistían en el rezo diario de los Misterios, función mensual y las anuales de la Purificación -a la que asistía el cabildo municipal- y la festividad en el primer domingo de octubre, en ambas, con salida procesional por la tarde.

Por motivo del robo de una lámpara, el rezo cotidiano del Rosario se trasladó a la Ermita de la Vera Cruz. Unos frailes capuchinos misioneros volvieron a sacar en 1700 el rezo cantado a la calle. Pero más tarde, un grupo de fieles continuaron la costumbre, haciéndolo desde la Iglesia de San Francisco Solano hasta la Parroquia de Santiago.


Nuestra Señora de la Rosa

Mientras tanto, en el Templo Patronal comenzó a venerarse la Imagen de Nuestra Señora del Rosario, traída de Granada, en altar con obra a costa de Feliche María de la Cerda y Aragón, duquesa de Medinaceli (1699), por la Hermandad aprobada en 1703, aunque con el nombre de Nuestra Señora de la Aurora, cuando el litigio canónico a nivel diocesano -al cual nos referiremos a continuación-, proseguía su curso. Otro tanto había ocurrido con anterioridad en la Hermandad de Priego de Córdoba.

El maestro Lucas de Ávila cobró 3.100 reales por el dorado del tabernáculo y puertas de la capilla lateral (1704), y por el suplemento del retablo 567,50 reales (1706), labrado por el maestro Mateo Primo. La Imagen de Nuestra Señora de la Aurora salió en procesión por primera vez el segundo domingo de octubre de 1718.

La capilla fue mejorada en 1721 con acceso y solería de mármol por el cantero de Cabra, Antonio de Budia (117,12 reales). El 9 de junio del mismo año terminó la reforma y decoración el escultor y modelista yesero sevillano, radicado en Montilla, Gaspar Lorenzo de los Cobos, autor del retablo mayor de la Iglesia (1728), y de otros diversos e Imágenes de distintas Iglesias locales y Parroquia de Montemayor. Entre el 24 de agosto y primero de noviembre de 1722, el pintor montillano Juan Panadero procedió a la restauración de la Imagen, cuyo trabajo, pintura, láminas de oro, plancha de grabado e impresión de estampas de la Imagen, importó 1.349 reales. Entre julio de 1723 y septiembre de 1724, Gaspar Lorenzo de los Cobos perfeccionó la policromía del manto y ropaje de la Imagen (cobrando 330 rs.). Por la misma época se aplicó a la Imagen el estandarte de plata cincelada, obra del maestro cordobés Damián de Castro, costeada por María del Valle, esposa de Andrés Aguilar-Tablada. En 1771 el duque de Medinaceli vendió a la Cofradía parte de una casa contigua para sacristía y camarín.

Enrique Garramiola Prieto
Noviembre 1999

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