22.11.14

La espantá del párroco de San Gil y rector de la Basílica de La Macarena de Sevilla


El rector de La Macarena y párroco de San Gil abandona sus funciones

El lunes entregó las llaves del Templo al vicario de zona y no se ha vuelto a saber más.

Un fuerte enojo por no haber recibido el nombramiento esperado. Un caso sin precedentes en la Diócesis de Sevilla. Al menos, ninguno de los sacerdotes consultados por Diario de Sevilla recuerda nada parecido. El párroco de San Gil y rector de la Basílica de La Macarena, Antonio Borrego Cobos (Badolatosa, Sevilla, 1945), entregó el pasado lunes las llaves del Templo Parroquial al vicario de zona, Jesús Maya, y no se ha vuelto a saber más de él. Fuentes del Arzobispado confirmaron en la noche del pasado jueves los hechos y anunciaron que el próximo lunes se buscará una solución en el seno del Consejo Episcopal de la Diócesis, presidido por el arzobispo, Juan José Asenjo. Entre las causas que se barajan para una marcha tan repetina e inaudita podría estar el nombramiento de un sacerdote joven, Antonio Mellet, como nuevo director espiritual de la Hermandad de La Macarena, en lugar de haber apostado por el propio Borrego, que ostenta los cargos de párroco de San Gil desde 2007 y rector de la Basílica desde 2010. Borrego habría interpretado como un desaire o una desautorización que la autoridad eclesiástica no haya concentrado en su persona las tres responsabilidades -Parroquia, rectoría y dirección espiritual-. El pasado domingo celebró su hasta ahora última Misa en la Parroquia de San Gil. Desde entonces no hay párroco ni para la Misa diaria de las 10.00 de la mañana, de la que se ha hecho cargo provisionalmente otro sacerdote, ni para otros servicios propios de la Parroquia en atención de la feligresía. Por la tarde son varios colaboradores de la Parroquia quienes se hacen cargo de la apertura del Templo.

También se ha quedado sin rector la Basílica de La Macarena, donde se celebran cuatro misas diarias que se ofician por otros sacerdotes sin que hasta ahora se haya notado la ausencia de Borrego.

En el Arzobispado hay quien mantiene la esperanza en que el párroco de San Gil "recapacite" y vuelva al ejercicio de las funciones encomendadas. En cualquier caso, se apunta a que el problema se enfocará con la "debida misericordia" y no se deja de reconocer lo "insólito" de la situación creada. Las mismas fuentes reconocen que, efectivamente, el nombramiento de un sacerdote distinto para la dirección espiritual ha podido ser la causa final, aunque se parte de la convicción de que debe haber motivaciones anteriores.

Diario de Sevilla trató el pasado jueves de recabar la versión de Antonio Borrego, pero no fue posible.

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