Durante los días 16, 18 y 19 de julio, la Franciscana Hermandad de los Excelsos Patronos de Montilla ha celebrado, en la Parroquia de San Francisco Solano, la conmemoración de la solemnidad de Nuestra Señora del Carmen con un triduo en honor a la flor del Carmelo, con el rezo del Santo Rosario a partir de las 20.30 de la tarde, para proseguir, a las 21.00 de la noche, con la Santa Misa, del cual publicamos un reportaje fotográfico, remitido, a petición nuestra, por José Antonio Trapero, hermano mayor de la Franciscana Hermandad de Nuestra Señora de la Aurora y San Francisco Solano, patronos de Montilla.
Dichos cultos, los cuales fueron iniciados el mismo el día de la festividad de la Virgen del Carmen, son "una antigua tradición que se celebraba en esta parroquia antiguamente, y que con el paso del tiempo desapareció, hasta que esta Franciscana Hermandad ha recuperado para el culto esta festividad de la Virgen". Además, "durante estos días son muchas las personas devotas de Nuestra Señora del Carmen las que acuden a la parroquia del mejor de los montillanos a honrar a la Santísima Virgen", informaba en las horas previas al inicio de esta celebracion el hermano mayor de la corporación, José Antonio Trapero. Una cofradía a la que desde Pasión por Mvnda felicitamos por la recuperación de estos cultos.
El retablo y la imagen de Nuestra Señora del Carmen
El retablo de Nuestra Señora del Carmen de la Parroquia de San Francisco Solano, cuya obra estilísticamente es adjudicable a Gaspar Lorenzo de los Cobos en torno a 1750, es de madera tallada y dorada. Tiene un banco muy estrecho, seccionado por las ménsulas que soportan los finos estípites del principal.
Éste presenta tres calles: la central, con hornacina de planta trapezoidal, cubierta con un geométrico doselete con cortinajes que abren dos angelillos y que alberga una imagen de Nuestra Señora del Carmen. En las calles laterales, ante fondos lisos que semejan hornacinas por medio de los moldurajes de enmarque, situadas sobre repisas decoradas con frondosas hojarascas, las imágenes de tamaño pequeño, en terracota, de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, hoy en dependencias interiores del templo.
El ático, de medio punto, presenta en su centro un florón entre molduras mixtilíneas, flanqueado por caladas placas de follajes rizados. Como remate, un angelillo sobre pedestal porta una palma.
La imagen de Nuestra Señora del Carmen, cuya obra es de mediados del siglo XVIII, es de madera tallada y policromada, con una altura de 150 centímetros. La imagen, de correcta factura, se representa vestida a la manera tradicional carmelitana: túnica parda, decorada con ramos, escapulario y capa dorada. En el brazo izquierdo sostiene un Niño Jesús, en movido escorzo, y con la mano derecha sujeta un escapulario. Asienta sus pies sobre un pedestal de nubes y cabezas de querubines, y se cubre con una corona imperial de plata en su color.
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