Tal y como informa Radio Fénix, miles de fieles caminaron el pasado domingo, día 16 de agosto, desde el centro de la ciudad capital de La Rioja, en Argentina, hasta la Puerta de la Quebrada, para rememorar el tradicional Tinkunaco entre el Niño Jesús Alcalde y San Francisco Solano.
Bajo el lema 'Descubramos el sentido del Tinkunaco', se concretó la 97º Peregrinación a Las Padercitas, que había sido postergada por decisión de la Comunidad Franciscana para no entorpecer la realización de las elecciones del 9 de agosto.
Tras recorrer siete kilómetros llevando en andas a la sagrada imagen de San Francisco Solano, los devotos arribaron a las 11.00 al kilómetro 6 ½, en la zona de Puerta de la Quebrada, lugar donde el Jueves Santo de 1593 apaciguó El Santo con su crucifijo, su violín y su breviario de plegarias a miles de indios.
Allí esperaron la llegada del Niño Jesús Alcalde, que peregrinaba desde la iglesia de Las Padercitas, escoltado por los allis y la Banda de Música de la Escuela San Francisco.
Después del encuentro, la comunidad religiosa expresó, de rodillas, su respeto a las sagradas imágenes con tres genuflexiones. En la primera, los fieles reconocieron en Cristo, Niño Jesús Alcalde, al que dio su vida para salvar al pueblo; en la segunda, como el autor de la paz por el camino de la justicia, y en la tercera genuflexión reconocieron en Cristo al gestor de la fraternidad.
Para finalizar el Tinkunaco, los presentes recordaron con un abrazo aquel momento de encuentro entre San Francisco Solano y los diaguitas.
Posteriormente, las dos imágenes emprendieron su caminar hacia la Iglesia de Las Padercitas, donde se celebró la eucaristía presidida por el obispo monseñor Marcelo Colombo, quien estuvo acompañado de frailes y sacerdotes diocesanos.
Del mismo modo, como informa La Rioja es Noticia, la peregrinación recuerda el apaciguamiento del alzamiento indígena contra los españoles en 1593. Según cuenta la leyenda, unos 20.000 indios se reunieron en la zona de La Quebrada amenazando con destruir el fuerte levantado allí para defensa de la incipiente ciudad argentina de La Rioja.
Francisco Solano, un sacerdote franciscano nacido en Montilla (España), que recorría América misionando, les salió al encuentro portando una imagen del Niño Jesús. Tocando su rabel, instrumento parecido al violín, logró restablecer la paz y que las indómitas tribus desistieran de su propósito, al aceptar que el Niño Jesús tomara el lugar de alcalde de la ciudad. Por este y otros muchos hechos que se le atribuyen, Francisco Solano fue canonizado en 1726 por Benedicto XIII.
No hay comentarios :
Publicar un comentario