24.12.17

Las Madres Concepcionistas Franciscanas del Monasterio de Santa Ana reflexionan en Nochebuena


Las Madres Concepcionistas Franciscanas de la Orden de la Inmaculada de María del Convento de Santa Ana de Montilla, y en concreto Sor Margarita, reflexionan en Nochebuena, a escasas horas de la llegada de la Navidad.

Navidad anunciada por el ángel

¡Ven, Señor Jesús! Hemos repetido durante todo el Adviento que está tocando a su fin. Te deseamos, te necesitamos. Ven. Hoy se cumplen nuestros deseos. El Señor ha escuchado nuestras súplicas, y viene a nosotros, colando hasta desbordar todas nuestras esperanzas. Dios nace esta noche, hoy, pero no en Belén, nace en el mundo, nace en la Iglesia, nace en la comunidad creyente, nace en nuestras familias, nace entre y en los pobres, nace en cada corazón. Dios nace aquí, Dios nace en mí. ¡Dios...!


Y no es que la Navidad sea fruto del Adviento. No puede conseguir el hombre, por mucho que lo desee y que lo pida, ni siquiera una breve visita de Dios. La encarnación y la Navidad arrancan de otra fuente, que no puede ser otra que el amor de Dios.

Dios viene a nosotros porque ama, porque nos ama. "Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo Unigénito". Tanto amó Dios, que nos dio lo más querido y lo más valioso. Tanto amó que se nos dio Él mismo. ¡Tanto ama...!

Entonces, el Adviento es un efecto secundario. Dios nos fue abriendo al deseo y a la esperanza para preparar nuestra capacidad de acogida al gran don. No es el Adviento quien logra la Navidad, sino que es la Navidad insinuándose, la que puso en marcha el Adviento.

¡Feliz Nochebuena a todos!
Mientras cenamos en familia,
hagamos un hueco en nuestro corazón
para que el Niño Dios nazca.

SOR MARGARITA / MONASTERIO DE SANTA ANA

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