25.9.21

Y al final no llovió...

En la mañana del pasado viernes, el Ayuntamiento de Montilla informaba de la cancelación, por previsión de lluvias, de la 46ª edición de la Cata Flamenca de Montilla, que se iba a celebrar en el patio de la Cooperativa La Aurora esa misma noche.


"Aunque se ha esperado hasta el último momento para tomar la decisión, la probabilidad de precipitaciones en torno a las 22.00, momento en que daría comienzo la Cata Flamenca, es prácticamente del 100%", indicaba el Consistorio montillano, si bien, finalmente, las precipitaciones no hicieron acto de presencia, en ningún instante, en la noche del pasado viernes.

"El festival flamenco, que ya se había cancelado en su habitual fecha, a finales de agosto, por la situación sanitaria de aquellos momentos, tendrá que ver, de nuevo, pospuesta su fecha en esta ocasión por motivos meteorológicos, al celebrarse al aire libre, en el patio exterior de la Cooperativa La Aurora. Se informará de la nueva fecha para la celebración de la Cata Flamenca en cuanto esta esté disponible", añadió.

El cartel de esta edición está compuesto por artistas de primer nivel, entre los que están Estrella Morente, Antonio Mejías, Reyes Carrasco -finalista del concurso de Canal Sur, 'Tierra de Talentos', y Rafael Ordóñez, con la colaboración especial del guitarrista David de Arahal.

Los orígenes de la Cata Flamenca de Montilla

Según aparece en el libro 'Montilla. Entre la Historia y la Memoria', de Julián Ramírez Pino, la principal actividad de la Peña Cultural Flamenca 'El Lucero' era, en palabras de Manuel Ruiz Hidalgo, resucitar el cante en reuniones, promoviendo así la aparición de nuevos valores. En su deseo de acercar el mundo del flamenco al gran público, ideó la Cata Flamenca, un festival que auna el vino y el flamenco y cuyo título fue creado por Pepe Cobos.


La primera Cata tuvo lugar en 1970 en Bodegas Montulia. A lo largo de los años pasaron, entre otros, Antonio Ruiz Soler, Antonio Mairena, Paco de Lucía, Fosforito, Manolo Sanlúcar, Matilde Coral, Camarón, Mario Maya, Melchor, Meneses, Paco Cepero, Enrique el Cojo, Terremoto, Morao, Manuela Carrasco, Lebrijano, Enrique de Melchor, Curro Vélez, Enrique Morente, Joselero, Rafael Romero, Juan Varea, Fernanda y Bernarda de Utrera, Chano, Chocolate, José Mercé, Habichuela, Serranito, Curro Mairena, La Perrata, Manolo Mairena, Turronero, Curro Malena, Curro de Utrera, Juanito Villar, Oscar, La Paquera de Jerez, Carmen Linares, Tina Pavón, Naranjito de Triana, Calixto, Clavel, Manolo Ávila, María Oliveros, Concha Calero, Merengue, Manuel de Palma, Tomatito, Pepa Montes, Boquerón, Las Vargas, Los Fernández, Pansequito...

La Cata, según Jaime Luque, se creó para la divulgación y el engrandecimiento del arte flamenco. Quedó siempre vinculada al mundo del vino, y por tanto, obligada a contar con las distintas bodegas montillanas para su celebración. Jaime Luque recuerda aún aquellas largas reuniones en Casa Palop entre bodegueros y organizadores para elegir la bodega en que habría de tener lugar la Cata del año. Eran tiempos en los que el negocio de los vecinos tenía una perspectiva de futuro. Para Agustín Gómez, la Cata era ante todo un espectáculo en donde se intentaba armonizar el arte de beber y de escuchar, es decir, de catar*.

Aunque nació para popular, la Cata se convirtió poco a poco en masiva, lo que llegó a convertirse en un problema, teniendo que acomodar a muchos aficionados que, además de recibir a la entrada una media botella de vino y un catavinos de recuerdo, había que instalarlos delante de una mesa donde, aparte de las viandas, en ocasiones se vieron hasta infiernillos para calentarlas. Pese a todo, llegó a convertirse en modelo de otros festivales flamencos de importancia.

* Agustín Gómez: 'La voz flamenca'. Obra Cultural de la Caja Provincial de Ahorros, 1988. Página 128.

BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA

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