El buen pastor da la vida
Hermana Juanita, San Juan de Ávila
Monseñor Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, presidirá la Santa Misa de Acción de Gracias con motivo de la declaración de Venerable de la hermana Juanita desde la Santa Iglesia Catedral que retransmitirá en directo
Trece Televisión, hoy domingo, 8 de mayo, a partir de las 12.00 del mediodía.
El cuarto Domingo de Pascua es el domingo del Buen Pastor. Se nos presenta ante nuestros ojos esa imagen bucólica del pastor con la oveja sobre los hombros. Era una imagen tomada del paganismo, pero inmediatamente vino a significar a Jesucristo el buen pastor que busca la oveja perdida y la carga acariciándola sobre sus hombros. Se convirtió así en una de las imágenes más atrayentes y más universales de Jesús: el buen pastor que da la vida por sus ovejas.
“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen y yo les doy la vida eterna… Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre”, exclama Jesús en el Evangelio de este domingo. Esta imagen del buen pastor sugiere un amor sin medida por parte de Jesús, el amor que está radicado en el Padre y anida en su corazón humano. Con ese amor, Jesús proclama que nadie le arrebatará de sus manos a cada una de sus ovejas. Pertenecer al rebaño de Jesús es garantía de salvación eterna.
En este contexto del Buen Pastor, celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, instituida por San Pablo VI, cuando ya se hacía necesaria la oración ante la escasez de vocaciones. “La mies es abundante, los obreros pocos”, constataba Jesús para animarnos a pedir al Dueño de la mies que envíe manos y trabajadores a su mies. De eso se trata.
Toda vocación es llamada de Dios, y especialmente la vocación consagrada y sacerdotal es un don especialísimo de Dios a su Pueblo. A esa Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones se ha unido la oración por las Vocaciones Nativas, para que surjan vocaciones allí donde la Iglesia está implantándose.
El lema de esta jornada reza así este año: 'Deja tu huella, sé testigo', invitando a los jóvenes que den un paso al frente y dejen su huella por medio del testimonio de su vida. La oración por las vocaciones nos brinda la ocasión para agradecer a Dios estas vocaciones de especial consagración, religiosa o sacerdotal, que ahora son más escasas aún en nuestro entorno. Y es ocasión para pedir nuevas vocaciones, porque los jóvenes de hoy sienten esa misma llamada y su generación tiene necesidad de tales vocaciones.
Muchos de los que sienten esa llamada se hacen los sordos: no se atreven a responder. Quizá las infidelidades de unos y de otros, quizá el ambiente pagano que se extiende como una mancha de aceite, pero incluso los jóvenes que son llamados no se atreven a dar un paso al frente. Oremos por las vocaciones, por todas las vocaciones de especial consagración, porque son necesarias en la vida de la Iglesia.
Tenemos testimonios muy elocuentes, que han dejado huella profunda en la historia de la Iglesia. Uno muy reciente es el de la hermana Juana Méndez Romero (1937-1990), Hermana Juanita, a quien el Papa Francisco ha declarado Venerable, al reconocer sus virtudes heroicas. Damos gracias a Dios por ello en la Catedral de Córdoba este domingo. Esta joven ingresó en 1963 en las Obreras del Corazón de Jesús, que Madre María Jesús Herruzo y el padre Castro, jesuita, habían fundado en 1940.
Se identificó con el Corazón de Jesús como una ofrenda agradable por la Iglesia y por la salvación del mundo entero. Fue verdadera misionera desde su postración en la cama durante 40 años. Ella nos enseña que para amar no es obstáculo la enfermedad, la invalidez, la inutilidad. Al contrario, en su vida resplandecen todas las virtudes cristianas precisamente en medio de tales limitaciones. En mi debilidad, tú me haces fuerte… Te basta mi gracia.
Y otro gran testigo, que ha dejado huella profunda en la historia es San Juan de Ávila (1500-1569), sacerdote y Doctor de la Iglesia, cuya fiesta celebramos el 10 de mayo. Nos reuniremos en Montilla, junto a su sepulcro para recibir su influjo que nos impulse a la santidad. Oremos por las vocaciones, con estos y tantos intercesores que han respondido generosamente a la llamada. Recibid mi afecto y mi bendición,
DEMETRIO FERNÁNDEZ, OBISPO DE CÓRDOBA
CARTA SEMANAL REMITIDA POR LA DIÓCESIS
FOTO Y VÍDEO: DIÓCESIS DE CÓRDOBA
El Obispo de Guadix, Francisco Jesús Orozco, predicó el segundo día de novena en honor a San Juan de Ávila, que se está celebrando en la Basílica Avilista, previa a la solemnidad del Apóstol de Andalucía.
Durante su homilía, el prelado recordó sus comienzos como sacerdote. El primer año lo pasó como vicario parroquial de San Francisco Solano en Montilla. Monseñor Francisco Orozco resaltó el importante papel que desempeñó San Juan de Ávila en la historia de la Iglesia. “Fue maestro de vida cristiana”: la fidelidad del Maestro de Santos a Dios para “remediar los males sigue siendo la mejor receta para los tiempos presentes”.
El Obispo continuó su alocución recordando que el Doctor de la Iglesia “asumió las condiciones de su tiempo y ofreció a sus contemporáneos los instrumentos educativos que aquel momento requería”. El Patrón del Clero Secular español, como indicó monseñor Francisco Jesús Orozco, “puso todas sus cualidades al servicio de la misión evangelizadora en la nueva cultura que estaba naciendo, iluminó la necesidad de aquel incipiente mundo moderno” y cinco siglos después de su nacimiento “podemos mirar su figura para aprender de él”, lo que demuestra que es “un signo evidente de la extraordinaria fecundidad de su enseñanza”.
Luis Recio, párroco de Santa Teresa y Santa Cecilia de Córdoba, fue el encargado de presidir el tercer día de triduo. “Que Dios es amor” es la idea fundamental que está presente en toda la obra de San Juan de Ávila. Con esta idea empezó Luis Recio su homilía que enlazó con el evangelio del día y las enseñanzas del Doctor de la Iglesia.
REDACCIÓN / PASIÓN POR MVNDA
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