Aires macarenos y salesianos en las marchas y en los cantos, respectivamente, en la solemne procesión triunfal de Nuestra Señora de la Estrella de Triana, con motivo del 25º aniversario de su coronación canónica. A las mismas puertas de la Capilla de la Hermandad del Baratillo también sonó 'Semana Santa en Sevilla', de Pascual Marquina.
Hasta el Puente de Triana volvió a cimbrear en las levantás de Nuestra Señora de la Estrella en un acontecimiento de profunda devoción, fervor y emoción que colapsó Sevilla en la tarde-noche del pasado sábado y madrugada del domingo.
Eran las 16.16 minutos de la tarde del pasado sábado, día 2 de noviembre, cuando la cruz de guía de la Pontificia, Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Estrella, Triunfo del Santo Lignum Crucis, San Francisco de Paula y Santas Justa y Rufina de Sevilla atravesaba la Puerta de San Miguel de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla para dar inicio a la solemne procesión triunfal, con motivo del 25º aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Estrella de Triana.
Le precedía la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Rosario de Cádiz, Medalla de Oro de la capital gaditana, abriendo el cortejo, formando parte del mismo numerosos fieles y devotos, y desde su salida, hasta la Capilla de Nuestra Señora de la Piedad de la Hermandad del Baratillo, una amplísima representación de hermandades de La Estrella de toda España y de hermandades de Sevilla.
Cuando el reloj marcaba las 16.57 minutos de la tarde, desde la Avenida de la Constitución, en el exterior de la Catedral de Sevilla, comenzó a escucharse el sonido del llamador, efectuando su salida Nuestra Señora de la Estrella Coronada antes de las 17.00 de la tarde, a los sones de la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva de Salteras.
Nos atrevemos a decir que no fueron cientos de miles de personas, sino millones, los que colapsamos en la tarde-noche del pasado sábado y madrugada del domingo las calles de Sevilla, en las que era sumamente complicado andar por las mismas, incluso cuando la solemne procesión triunfal había pasado hace ya minutos por ellas.
Tras su salida de la Catedral, nos dirigimos a las puertas de la Capilla de Nuestra Señora de la Piedad de la Hermandad del Baratillo. Allí, debido a las aglomeraciones, pudimos ser testigos de los primeros desmayos que, afortunadamente, no llegaron a mayores, y pudimos disfrutar del encuentro de Nuestra Señora de la Estrella con Nuestra Señora de Piedad, recientemente coronada canónicamente.
Entre las marchas interpretadas magistralmente por la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva de Salteras, destacamos, en este punto, 'Semana Santa en Sevilla', de Pascual Marquina, entre las propias marchas dedicadas a La Estrella y las marchas macarenas que además de en este punto, se interpretaron, principalmente, en otros numerosos momentos de su recorrido.
Instantes más tarde, nos dirigimos hacia el Puente de Isabel II, conocido tradicionalmente como el Puente de Triana, expectantes del momento único que íbamos a vivir. Y así sucedió, como teníamos previsto. Y es que el Puente de Triana volvió a cimbrear en una de las levantás de Nuestra Señora de la Estrella, absolutamente abarrotado de público, provocando un cosquilleo en el estómago difícil de explicar en quienes no habíamos vivido hasta ese instante ese momento.
Ya en los últimos metros del Puente de Isabel II, que une Sevilla con su Barrio de Triana, Nuestra Señora de la Estrella reviró para saludar a la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen, dirigiéndose posteriormente al Altozano.
Por unos minutos, abandonamos la solemne procesión triunfal para dirigirnos ni más ni menos que a la calle Pureza para visitar, igualmente entre grandes aglomeraciones, la Capilla de los Marineros, para admirar y venerar al Santísimo Cristo de las Tres Caídas y a Nuestra Señora de la Esperanza de Triana, percatándonos de la profunda huella que el arzobispo emérito de Sevilla, el seguntino Juan José Asenjo Pelegrina, Hijo Adoptivo de la capital hispalense, ha dejado en la capital de Andalucía.
Más tarde, en la calle Pagés del Corro, nos volvimos a reencontrar con Nuestra Señora de la Estrella, en la que, nuevamente debido a las grandes aglomeraciones de público, pudimos ser testigos del traslado de otra persona por un desmayo, sin pasar el suceso, afortunadamente, a mayores.
Posteriormente, nos dirigimos hasta la Parroquia de San Juan Bosco, en los Salesianos de Triana, donde estuvimos esperando más de una hora para coger sitio, en el que quizás haya sido, para quien suscribe, el momento más emotivo de las más de diez horas que duró la solemne procesión triunfal de Nuestra Señora de la Estrella.
Con María Auxiliadora de Triana subida en el paso, a las mismas puertas de la Parroquia de San Juan Bosco, y con las calles del barrio especialmente engalanadas para tan histórico momento, llegaba Nuestra Señora de la Estrella, rodeada de una gran marea humana, para reencontrarse con el Auxilio de los Cristianos, entonándose el Himno a María Auxiliadora y produciéndose una gran petalada. "...¡Ábreme la puerta, Madre, que tu gente salesiana quiere abrazar esta noche a La Estrella de Triana...!", le cantaban igualmente.
Después de vivir tan mágico momento, nos dirigimos hacia la Parroquia de San Gonzalo, con grandes condiciones de seguridad por la vigilancia privada -como la que tenemos que hacer uso diariamente algunos en nuestras urbanizaciones privadas para proteger nuestras viviendas-, con el fin que dicho acontecimiento del encuentro entre Nuestra Señora de la Salud y Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás con Nuestra Señora de la Estrella saliera a la perfección, como así sucedió. Y es que La Estrella es la Madrina de Nuestra Señora de la Salud de la Hermandad de San Gonzalo.
Por último, y disfrutando al máximo de una tarde-noche única y simplemente inolvidable en un ambiente sobrecogedor, en la que no faltaron las numerosas petaladas, los cohetes ni los fuegos artificiales, nos dirigimos a las puertas de la Capilla de Nuestra Señora de la Estrella para su entrada. Absolutamente abarrotada de público, como no podía ser de otra manera, el impresionante paso de palio de 'La Valiente' y 'Reina y Señora de San Jacinto' regresaba a su Capilla, al filo de las tres de la madrugada, entre una gran alfombra floral de sal, preparada por la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de la Estrella de Coria del Río.
Estrenos
Para celebrar tan destacada efeméride desde la Santa Iglesia Catedral de Sevilla a su Capilla, María Santísima de la Estrella presidió el Altar del Jubileo de la Catedral, bajo el palio diseñado por Antonio Garduño. Estrenaba saya blanca de terciopelo (Paquili) y toca de sobremanto (Santa Bárbara).
Asimismo, lucía el manto diseñado por Antonio Garduño, a juego con el palio, cedido por la querida Hermandad del Gran Poder. Además, estrenaba mantilla de aplicación de Bruselas y encaje de aplicación de Bruselas y punto de aguja, que configuran el tocado.
Entre las joyas, destacaba la Medalla de Oro de la Hermandad del Gran Poder de Sevilla, por el aniversario, el broche de la Hermandad de San Gonzalo, la Medalla de Oro de la Asociación de María Auxiliadora de Triana y el broche de la Hermandad de la Vera-Cruz, de Castilblanco de los Arroyos, todos obsequiados por el 25 aniversario.
De igual manera, lucía cruz de oro y rosas de Francia, rosario de oro y perlas naturales, medalla de oro y oro blanco de la Coronación, conjunto de pendientes y colgante y pendenfit, regalos de hermanos y devotos de María Santísima.
En el paso de palio, se pudieron encontrar cuatro cirios con los escudos de las órdenes religiosas que guardan relación con la citada corporación de la Hermandad de La Estrella de Triana: Orden Mínima, Dominicos, Carmelitas y Salesianos.
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