El día 12 de noviembre de 1962 comenzaron las obras del nuevo Templo que habría de acoger la Parroquia de La Asunción. Todas las manos eran necesarias y don Antonio se convirtió en un albañil más. Cuando sus obligaciones se lo permitieron, ayudó a los trabajadores. Digna de mención fue la actitud de don José María Navarro Requena, que desinteresadamente envió a varios de los operarios de su empresa para abrir las zanjas de los cimientos.
Montilla en el Objetivo
Nuestro Ambiente, mayo de 2004
1 comentario :
Un gran hombre al que se echa de menos. Con su sotana y sin alardes, hizo por los pobres de Montilla todo lo que pudo, incluso, enfrentándose a los poderes constituidos. Le echó mucho más valor a la vida de lo que se suele reconocer.
Pepa Polonio
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