29.10.14

'En Montilla-Moriles, los vinos del sol', en la edición digital perteneciente al diario El Mundo


REPORTAJES: ZONAS VITIVINÍCOLAS | Con sus famosos dulces de Pedro Ximénez

En plena campaña de vendimia, las paseras -envases de plástico o esteras- sobre las que se extienden las uvas Pedro Ximénez con destino a la pasificación, llegan a ocupar más de 15 hectáreas. Son la esencia que da nombre universal a los grandes vinos de Montilla-Moriles. Son los vinos del sol. Tras una laboriosa vendimia en tierras albarizas de los municipios acogidos a la denominación de origen, que tiene a gala ser de las primeras en iniciar las labores de recogida de la uva en España, el espectáculo de las uvas tendidas al sol es único en esta parte de la provincia de Córdoba.


De ahí nacen algunos de los vinos más emblemáticos de España. Entre ellos se encuentra el Don Pedro Ximénez Convento Selección 1946, de las bodegas Toro Albalá, en Aguilar de la Frontera, que el año pasado obtuvo 100 puntos sobre 100 de Luis Gutiérrez, el hombre de Parker en España. Se trata de uno de esos vinos únicos, raros y excepcionales. Presenta un color negro oscuro con matices yodados. En nariz ofrece regaliz negro, cacao puro, nuez moscada, ebanistería fina, pan tostado, pimienta, avellanas, tabaco de hebra y pastelería. En boca es amplio, envolvente y mezcla tonos dulces, amargos e incluso salinos, con un gusto a frutos secos como almendra tostada, avellana y algarroba y un fondo de madera increíble. Su precio se aproxima a los 300 euros la botella.

También de la misma bodega merece la pena catar su Don Pedro Ximénez Gran Reserva 1983, también negro zaíno con tonos yodados y aromas de café, cacao, higos secos, dátiles, tomillo y notas mentoladas de eucalipto. Probablemente uno de los mejores vinos en relación calidad/precio de la zona, ya que se vende a una media de 25 euros la botella.

Una de las bodegas más avezadas en Pedro Ximénez es la primera de Montilla-Moriles: Alvear. Nace en 1729 de la mano de Diego de Alvear y Escalera y 285 años después mantiene el mismo nombre comercial y sus vinos se encuentran entre los más afamados de la denominación.

El nieto del fundador, Diego de Alvear y Ponce de León, según cuenta en su libro el ex secretario general del Consejo Regulador, Manuel López-Alejandre, era brigadier de la Armada Española. Tras un viaje de regreso de Sudámerica, el 5 de octubre de 1804, los buques en los que navegaban fueron atacados de forma inexplicable por una escuadra inglesa que hundió la fragata Mercedes en la que viajaba él con su familia. En el incidente pereció su esposa y nueve de sus hijos, mientras Diego fue apresado y traslado a Londres. Allí, se dieron cuenta del error y le dieron todo tipo de explicaciones. En la 'city' conoció a Luisa Ward, con quien contrajo matrimonio. Como ayudante a su servicio estuvo un tal Carlos Billanueva, que a su regreso a España se convirtió en capataz de su bodega montillana y firmaba las botas que más le gustaban con las siglas CB. Fue también gobernador militar de Cádiz, donde luchó durante 30 meses contra el sitio impuesto por los franceses. Sus hijos Tomás y Francisco inauguraron el comercio internacional de los vinos de Montilla hacia Inglaterra a partir de 1854.

Su Pedro Ximénez Solera 1830 es otro gran vino. Aromas a avellanas, higos melares, orejones, torrefacto, caramelo y regaliz negro y en boca es amplio, agradable y con unas interesantes notas de madera y una acidez más que meritoria. Su precio: en torno a los 95 euros.

Pero, sin duda, la mejor oferta de Pedro Ximénez pasificado de la bodega es su añada 2011, un vino ámbar, de color claro y brillante que porta una explosión de aromas a pasas, nueces, dátiles, higos, naranja confitada y con una boca agradable, con acidez, con una conjunción casi perfecta entre los tonos dulces y amargos y su puntito salino. Con un precio imbatible de ocho euros la botella de medio litro, Robert Parker, en cata privada para el 'Wine Advocate', le otorgó el 100 sobre 100.

La bodega Pérez Barquero, otra de las grandes de Montilla, ofrece su 1905 Pedro Ximénez Solera Fundacional. Con 98 puntos en el 'Wine Advocate', el vino, a un precio medio de 320 euros, ofrece un compendio de aromas donde abundan el café, la grosella roja, el tabaco, los orejones, el cacao, el pan de higo, el regaliz negro, el licor de naranja, el arrope y especias como el clavo o la canela. En boca es toda suavidad y amplitud con abundancia de mentolados.

Más popular, a un precio inferior a los 40 euros, La Cañada Pedro Ximénez es un vino de color caoba oscuro con aromas a pastelería, licor de café y cacao, orejones, dátiles, chocolate negro y fruta escarchada. En boca es potente, graso, elegante y especiado.

Los vinos de Robles

Bodegas Robles nace en 1927 de la mano de Antonio José, el abuelo de los actuales propietarios. Desde entonces, especialmente desde que Paco asumió, junto a sus hermanos, la dirección de la bodega, esta dio un giro importante hacia la elaboración ecológica en sus 55 hectáreas de viñedo propio.

Tanto los propietarios como su enóloga, la onubense Rocío Márquez, mantienen una clara apuesta por la innovación, el no laboreo y las técnicas más cuidadosas con el medio ambiente, a la par que mantienen la tradición de sus criaderas y soleras. De ambas conjunciones, nacen dos vinos claramente diferenciados. El Pedro Ximénez Robles Selección 1927, que según cuenta Paco, no era un vino para vender, según visión de su abuelo, sino para regalar y hacer relaciones públicas, se erige hoy en uno de los puntales de su negocio. El vino destaca por sus aromas melosos, su fragancia a hierbas de monte -tomillo, romero, jara...-, dátiles, higos secos, miel de romero y arrope. En boca es amplio y muy goloso. Su precio se sitúa en torno a los 90 euros. Su Pedro Ximénez Piedra Luenga, realizado ya con certificación ecológica, es un vino de corte más moderno y comercial. De color ambarino, ofrece notas de caramelo, vainilla, miel y dátiles. Su precio se ubica en los 11 euros.

La bodega Navisa-Cobos, nacida en Montilla en 1906, tiene como uno de sus emblemas el Pedro Ximénez Tres Pasas, uno de los vinos de buena relación calidad/precio de la denominación. Presenta notas tostadas y acetónicas con recuerdos de algarroba, castañas secas y dátiles. En boca es denso, pero muy vivo. Su precio medio es de siete euros.

Con cerca de 800 socios, la cooperativa agrícola La Aurora de Montilla abrió sus puertas en 1964. Entre los productos que elabora destaca su Pedro Ximénez Amanecer 1981, de color caoba oscuro con aromas de café, cacao y dátiles. Sutil, elegante y con un precio de 15 euros la botella.

Interesante también el Navarro Pedro Ximénez Solera Fundación 1830, un vino de 25 años atípico. Color oro viejo con intensos tonos mentolados y aromas de orejones, café y miel de romero. Su precio 12 euros. Y Marqués de la Vega 1950, de bodega Galán Portero, fundada en 1950, de color azabache con tonos de café, dátiles e higos secos.

Y es que los vinos pasificados de Pedro Ximénez son el estandarte de Montilla-Moriles. El escaparate al exterior de unos vinos tan interesantes como poco conocidos entre el gran público.

No hay comentarios :