14.7.15

El retablo mayor y la imagen de San Francisco Solano de la Parroquia de El Santo


El retablo mayor de la Parroquia de San Francisco Solano es una obra de madera dorada, que en 1728 contrata Francisco Sánchez Prieto, mayordomo de la Obra Pía, con Gaspar Lorenzo de los Cobos, quien se obligaba a hacer un retablo de toda costa para la capilla y altar del bienaventurado santo en dicha iglesia.


San Francisco Solano y la reliquia de San Juan de Ávila

El retablo es una típica máquina barroca, de gran aparato y efecto, pudiéndose considerar como una obra de interés dentro del panorama artístico cordobés de la época, aunque sin la categoría de otros contemporáneos como el de la Compañía o el de San Francisco de Córdoba. A mayor escala, reproduce el esquema del altar del propio Cobos en el Sagrario de Montemayor, ampliación que no sólo permite que su traza resulte más monumental, sino también más complicada.

Dicha traza, muy característica de las primeras décadas del siglo XVIII, si bien con algún resabio de la centuria anterior, concretamente del retablo mayor de la Catedral de Córdoba, presenta alto banco jalonado por ménsulas y netos con niños atlantes y dos cuerpos de tres calles que articulan columnas salomónicas. El primero de ellos tiene seis de esos apoyos, dos en los extremos y cuatro encuadrando la calle central, con la peculiaridad de que los dos internos se adelantan. Sobre ellos montan las dos únicas salomónicas del segundo cuerpo. Culmina el conjunto un ático curvo con machones, adelantados respecto a los paños laterales.

Pese a su riquísima y abundante decoración, los juegos de masas originados por las salomónicas otorgan un gran vigor al retablo, particularmente a la calle central. En ella destaca la amplia hornacina que alberga al santo titular, resaltada asimismo con un aparatoso dosel cuyos cortinajes recogen ángeles dispuestos de perfil, solución también puesta en práctica en la portada del Sagrario de Montemayor.


Retablo mayor de la Parroquia de San Francisco Solano

La imagen de San Francisco Solano es obra de los talleres granadinos, desde donde llegó a Montilla en 1689 a solicitud del mayordomo Francisco Ramírez Muñoz, capellán de la marquesa de Priego. Se ajusta bien al modelo del santo fraile de esa escuela con un hábito de severos y amplios pliegues que marcan verticalmente su caída y un rostro de facciones enjutas y firmes que expresa intensa espiritualidad, sobre todo en su mirada. Por todos estos rasgos, la obra se relaciona con la producción de los Mora.

El santo porta crucifijo y concha de plata, siendo de este mismo material su diadema. A ambos lados aparecen dos indígenas arrodillados. La calidad de la imagen queda resaltada por una primorosa policromía de grandes motivos dorados sobre fondo parduzco.

Gaspar Lorenzo de los Cobos, de acuerdo con el contrato, se hizo cargo de las demás imágenes, a saber: San Juan Nepomuceno, San Antonio, San Andrés y San Francisco de Asís, las cuales ocupan los nichos pequeños de las calles laterales, tanto del primer cuerpo como del segundo. Centra este último cuerpo un crucificado, dentro de un marco adaptado a su disposición. Preside el ático el busto del Padre Eterno.

Especial de Pasión por Mvnda con motivo de la Solemnidad de San Francisco Solano








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