27.12.15

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba: "Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa"


Asimismo afirma que "todo hijo tiene derecho a nacer de un abrazo amoroso, que no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio (fecundación in vitro). El hijo tiene derecho a proceder de una relación de amor entre sus padres, y nunca como fruto de un aquelarre químico de laboratorio".

Carta semanal de Demetrio Fernández, obispo de Córdoba: Navidad y familia

Van muy unidas. La fiesta de Navidad reúne a toda la familia. La fiesta de Navidad es una fiesta de familia. El Hijo de Dios, al hacerse hombre, se ha hecho miembro de la familia humana y de una familia doméstica. Jesucristo ha santificado la familia.


La familia humana tiene como referencia la comunidad trinitaria. Jesucristo nos ha revelado que Dios es familia. Son tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que viven felizmente en el hogar trinitario: el cielo. Y a ese hogar, dulce hogar, convocan a cada persona que viene a este mundo. El Hijo de Dios, segunda persona de Dios, Jesucristo, ha venido a este mundo para llevarnos a esta relación de amor, dándonos su Espíritu Santo. Nuestro destino es entrar en comunión con las personas divinas, ya en este mundo y para toda la eternidad. Más aún, lo que nos constituye en personas es precisamente esta relación. Se trata de vivirla conscientemente y disfrutarla.

Y un icono viviente de esa comunidad trinitaria es la santa Familia de Nazaret, compuesta por Jesús, María y José. La entrada en la historia humana de Jesús se ha producido en el seno de una familia humana, con un padre, una madre y un hijo. Y han vivido de su trabajo, en el hogar familiar donde se ejercitan las virtudes domésticas por los lazos del amor de unos con otros. Bien es verdad que la santa Familia de Nazaret es una familia muy singular, pero es modelo para todas las familias por el servicio mutuo, la convivencia, el amor, e incluso, el cariño y la ternura de unos con otros.

La familia se constituye por la unión de los esposos que normalmente se convierten en padres. Varón y mujer, creados en igualdad de dignidad fundamental, son distintos para ser complementarios. Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa. Él aporta particularmente la cobertura, la protección y la seguridad. El varón es signo de fortaleza, representa la autoridad que ayuda a crecer. La mujer tiene una aportación específica, da calor al hogar, acogida, ternura. El genio femenino enriquece grandemente la familia. Cuánto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa. Esa complementariedad puede verse truncada por la falta de uno de ellos, y la familia más amplia -abuelos, tíos- puede suplirla.


La unión complementaria de los esposos los convierte en administradores de la vida. Del abrazo amoroso de los esposos, proceden los hijos. Todo hijo tiene derecho a nacer de ese abrazo amoroso, que no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio (fecundación in vitro). Precisamente porque la persona se constituye por la relación: así nos lo muestran las personas divinas. El hijo tiene derecho a proceder de una relación de amor entre sus padres, y nunca como fruto de un aquelarre químico de laboratorio. Hay muchos que piensan en el derecho a tener un hijo, como si el hijo fuera un objeto, mientras que el hijo es siempre un don, un don de Dios, fruto de la relación amorosa de los esposos, que se abren generosamente a la vida. Todo tipo de fecundación artificial -inseminación artificial y anónima, fecundación in vitro homóloga o heteróloga- rompe esa armonía de la creación por la que los hijos vienen al mundo como personas, fruto de una relación personal de amor entre los esposos.

Los esposos y padres se prolongan en los hijos y, a su vez, son fruto de los abuelos que tienen hoy una importancia enorme en el equilibrio de la sociedad contemporánea. Los niños y jóvenes son el futuro, los abuelos son la memoria del pasado. Todos juntos forman la riqueza de la familia.

Domingo 27 diciembre, en la Misa de 12.00 de la Catedral, Misa de las familias, donde haremos un homenaje a los que cumplen 25 y 50 años de casados. Venid con todos los hijos, los nietos y los abuelos. Es la fiesta de la Sagrada Familia y queremos darle gracias a Dios por nuestras familias.

Recibid mi afecto y mi bendición:

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

2 comentarios :

M.C.G. dijo...

A la atención de Monseñor Demetrio González Obispo de Córdoba.

Monseñor :
Estamos perplejos y muy decepcionados por su declaración...
Como católicos, siempre defendemos los ataques y odio manifestado por ciertos partidos políticos ultraizquierdistas contra la iglesia y la religión católica.
Pero en esta ocasión, vemos su posición injusta ver insultante hacia millones de familias sean o no cristianas, que no pudiendo tener hijos por procreación normal, hayan beneficiado de la tecnología puntera médical "invitro" para poder tener hijos y realizar el deseo de ser padres.
Tenemos médicos en la familia y sabemos de lo que hablamos.
No olvide el dogma contenido en la bula "ineffabilis Deus" del 8/12/1854 : "Para honra de la Santísima Trinidad...
Es como si viniera a decir, que la partenogénesis de la Virgen María conforme al dogma descrito, fuera en contradicción...
Su posición sobre el tema, no puede nada más que alejar los creyentes y feligreses de la iglesia...
Dudamos que el Papa Francisco este de acuerdo con su artículo.
Pensamos Monseñor, que sería justo por respeto de los millones de personas citadas, que rectificase y pidiera disculpas, eso realzaría la credibilidad de la iglesica.
Gracias por escucharnos.


NOTA : Este comentario también ha sido publicado en el grupo facebook : "No eres de Córdoba si no"...

Unknown dijo...

Estimado Sr. Obispo: Soy Cristiano Católico Practicante, además soy Cofrade (quizás para usted este pequeño detalle le resulte irrelevante, para mí no lo es), y llevo casado por la Santa Madre Iglesia más de 23 años con la mujer más maravillosa del mundo. Desde el principio deseamos tener hijos y en ello pusimos todo nuestro empeño, pero por algún motivo nos era imposible. Después de nueve años de matrimonio cuando yo ya contaba la edad de 37 años decidimos recurrir “al diabólico aquelarre químico” que usted menciona, después de muchos esfuerzos, sinsabores y malos ratos, al fin conseguimos con la ayuda de Nuestra Santísima Madre (aunque usted no lo crea), concebir a una maravillosa niña que hoy ya tiene 14 años, ella también es Cristiana Católica Practicante y Cofrade. Se educa como yo me eduque bajo el Espíritu del Hermano Francesco y se prepara para recibir la próxima primavera la Confirmación en nuestra Fe. Confirmación que, si usted sigue siendo el Pastor de nuestra Diócesis, tendrá que darle, por ello intentare por todos los medios que ella no lea esta noticia porque me resultaría imposible explicarle sus declaraciones porque simplemente son inexplicables. Ser Cristiano en estos momentos es muy difícil, pero sinceramente personas como usted con declaraciones de este calibre, nos lo hacen mucho más. Le ruego medite sus palabras y si no alcanza a ver la verdad lo consulte con su Santidad el Papa Francisco que seguro que sabrá aportarle algo de Luz.
Paz y Bien