La Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, declarada de Interés Turístico Nacional, es una de las celebraciones del mundo del vino con más solera de Andalucía, ya que se trata de la fiesta de este tipo más antigua de nuestra comunidad, y la tercera, por antigüedad, de España. Este año se celebra del 2 al 5 de septiembre.
Esta celebración, podemos afirmar, que tiene una triple finalidad. La primera y principal, promocionar nuestros vinos y nuestra tierra. Junto a ella, y como fiesta que es, celebrar el inicio de la vendimia y el nacimiento del nuevo mosto, y finalmente, ser testimonio de las antiguas tradiciones, costumbres y usos de las primitivas vendimias, perpetuando públicamente la realización de ciertas labores, como es el caso del acarreo y la pisa de la uva, hechas a la antigua usanza.
La Fiesta de la Vendimia aglutina un amplio abanico de actividades, que la presenta como una fiesta para todos. De los actos que componen el esquema fundamental de las actividades programadas, el primero en celebrarse cronológicamente es el de la Coronación de la Vendimiadora Mayor y de sus Damas de Honor.
Estas jóvenes son presentadas por distintas asociaciones montillanas. En el mismo acto, y tras la coronación, tiene lugar el pregón de la fiesta, en el que un reputado personaje de nuestra cultura y sociedad celebra literariamente un encendido elogio de las grandezas de nuestros vinos y el mundo en que se encuentra inmerso. El brillante acto de coronación y pregón se celebra en un marco adecuado: una bodega.
El eje de esta fiesta, por su sabor tradicional y significado, es el nombramiento del capataz de honor, quien recibe el traspaso de poderes del responsable de la vendimia de la zona del año anterior, todo ello adornado de un ritual que a lo largo de los cincuenta años de vigencia ha consolidado su belleza y sabor. El capataz de honor, persona de gran relevancia, ostentará durante todo el año la representación de los vinos de la zona, y entre sus labores se encuentra la promoción de los caldos y la difusión de sus excelencias y cualidades.
Durante décadas, este acto de relevo de capataces se celebró en la bodega de la Casa del Inca, convertida en simbólica sede en la que estaban representadas todas las bodegas de la Denominación de Origen Montilla-Moriles. En la actualidad, y desde la restauración llevada a cabo, recientemente, el relevo de capataces se celebra en las dependencias del Castillo de Montilla, lugar de nacimiento de uno de sus más ilustres hijos: Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán.
El tercer eje sobre el que gira la fiesta es el de la pisa de la uva y ofrenda del primer mosto a la Virgen de las Viñas. Este acto se realiza en la plaza de la Merced, que abarrotada de público convierten el ritual en el acontecimiento más multitudinario de los que se celebran durante estos días de fiesta.
El acto de la pisa conserva todo el sabor de la vendimia tradicional. Los racimos de uva, transportados en viejos cestos a lomos de burros, son aplastados por los pisaores, para, a continuación, ser vertidos en una antigua prensa manual, de la que lentamente va manando el primer mosto, que es ofrecido a la Virgen de las Viñas, patrona del gremio de los bodegueros.
Esta celebración, que muestra públicamente la forma tradicional en que se trabajaba en las lagaretas, es especialmente apreciado por jóvenes y mayores, que así conocen y mantienen, si bien de forma simbólica, todo el sabor y olor de las viejas vendimias montillanas.
CATA DEL VINO / FOTOGRAFÍAS: BENJAMÍN PORTERO DUQUE
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