10.9.17

La emoción y el fervor a Nuestra Señora de Belén inunda su procesión en su subida al Templo Mayor de Montilla


La Santísima Virgen asciende hasta la Parroquia de Santiago Apóstol entre vivas y diversas petaladas.

La imagen de Nuestra Madre y Señora de Belén, patrona del campo montillano, y una de las advocaciones marianas más veneradas de la ciudad, partió ayer sábado, en procesión, a partir de las 20.30 de la tarde, desde su ermita-santuario, con destino al Templo Mayor de Montilla, la Parroquia de Santiago Apóstol.


Abría el cortejo la cruz parroquial, flanqueada por dos faroles de guía, contando, como es habitual, con la presencia de numerosísimos fieles alumbrando en el discurrir del mismo, además de por el simpecado de la Santísima Virgen, y de representantes de la hermandad y de su Grupo Joven con bordón en mano.

De igual manera, la tradicional mantilla española también se hizo presente en la esperada cita. Asimismo, en el tramo de presidencia, el hermano mayor de la corporación, Ricardo Carrasco Priego, se encontraba acompañado por el joven sacerdote Carlos Morales Fernández, vicario parroquial de Santiago Apóstol, así como por el hermano mayor de la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas y San Francisco Solano, Tomás Jiménez Polo, al encontrarse ambas cofradías hermanadas.

De igual manera, se integró en el cortejo, a su llegada a la plaza de La Rosa, el rector de la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila y párroco de Santiago Apóstol, José Félix García Jurado, acompañando al mismo, por primera vez, una representación con miembros de algunas hermandades montillanas y de la Hermandad de Pasión de Lucena.




Cerraba la comitiva la Banda de Música Pascual Marquina de Montilla, haciéndolo por cuarto año consecutivo, interpretando este año en su repertorio, como novedad y de manera inédita, a petición de la hermandad, la marcha procesional 'Costaleros del Amor', de Alejandro Moreno Rodríguez, que ha sido arreglada y adaptada para banda de música por los miembros de la formación Víctor Manuel Carmona Panadero y Rubén López Aguilar.

Igualmente, tampoco pasó desapercibida la interpretación, nuevamente, de 'Madre Gloriosa de Belén', gran marcha procesional compuesta por los miembros de la formación Ricardo Carrasco García y Víctor Manuel Carmona Panadero, que tuvieron el placer de estrenar el pasado año 2016, y cuya calidad ha hecho que ya ocupe un lugar privilegiado dentro del repertorio procesional de esta banda de música.

Así, tras realizar su salida desde su ermita-santuario y descender por el Camino de Belén, rumbo a la calle Julio César, el trono de Nuestra Señora de Belén, a las órdenes de su capataz, Ricardo Carrasco García, se giró, cara a cara, tal y como viene sucediendo en los últimos años, antes de llegar a la confluencia de dicha calle con Santa Brígida, para que una mujer enferma pudiera rezar y admirar la belleza de esta devoción mariana montillana a las puertas de su vivienda.




Posteriormente, ya en dicha confluencia, se vivía otro de los momentos emotivos, en el que el trono de la Madre de Dios giraba completamente sobre sí mismo, a los sones de la Banda de Música Pascual Marquina, para encarar definitivamente la calle Santa Brígida, donde se sucedieron los vivas a Nuestra Madre y Señora de Belén así como diversas petaladas en un punto de su itinerario donde se dispuso un bello altar con hermosos balcones engalanados para la ocasión, los cuales participaban en el Concurso de Adorno de Fachadas convocado, por primer año, por la hermandad.

Acto seguido, la procesión tomó las calles Felipe IV y Gran Capitán, en dirección a la calle José de los Ángeles y plaza de La Rosa, para finalmente realizar su entrada en Arcipreste Fernández Casado, Iglesia y Parroquia de Santiago Apóstol. Ya en el Templo Mayor de Montilla, Pascual Marquina volvió a demostrar su enorme calidad musical en todos los estilos que se proponga, haciendo sonar, una vez más, la marcha procesional 'Costaleros del Amor', en torno a las 23.30 de la noche, deleitando así a las personas presentes, y provocando, de esta manera, unos nuevos aplausos de los muchos que se produjeron en la emotiva tarde-noche vivida.

La imagen de Nuestra Señora de Belén

Según detalla el actualmente fallecido Enrique Garramiola Prieto, y que fue cronista oficial de Montilla, en su libro 'Ermita de Nuestra Señora de Belén', el cual se encuentra dedicado "a Ricardo Carrasco Priego y al padre Cristóbal Gómez Garrido, firmes puntales de la ermita y de la fervorosa devoción a Nuestra Señora de Belén y a todos sus fieles bienhechores", la imagen de Nuestra Señora de Belén de Montilla "es de autor desconocido, ignorándose si la escultura fue traída de fuera, como ocurrió en los siglos XVII y XVIII con las de San Francisco Solano, de su iglesia patronal y exconvento franciscano, y de las Vírgenes de la Aurora y de la Rosa, de sus respectivos templos, aunque por la época -último tercio del siglo XVI- a que ha de atribuirse la de Nuestra Señora de Belén, por entonces trabajaron en Montilla imagineros autores de otras imágenes, como Juan de Mesa 'El Mozo', o el de origen portugués Rodrigo Mexía, avecindado y fallecido en la villa, así como Francisco Delgado, pintor encarnador, muy ligado a ella y a la capital cordobesa.





La encarnadura de la imagen fue repintada en diferentes y desgraciadas ocasiones. En 1992 fue restaurada por el escultor cordobés Miguel Arjona Navarro. Si bien no es seguro, tal vez la antigua talla de la imagen de la Virgen sustituyó a la de un lienzo hoy desaparecido".

El libro recoge veintitrés exvotos, datando el más antiguo de 1762, que dice: "Padeciendo Agustín de Luque una grave enfermedad, se encomendó a Nuestra Señora de Belén y sanó. Año de 1762".

BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA
REPORTAJE FOTOGRÁFICO: BENJAMÍN PORTERO

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