22.7.18

El montillano Fernando Giménez Alvear es designado Bodeguero de Honor de las Fiestas de la Piedad y Feria de la Vendimia de la localidad extremeña de Almendralejo


Tal y como informa el Periódico de Extremadura, la delegación de Festejos del Ayuntamiento de Almendralejo, en Badajoz, ha designado a Fernando Giménez Alvear, de Bodegas Alvear, como Bodeguero de Honor de las Fiestas de la Piedad y Feria de la Vendimia del próximo agosto.


Este bodeguero, natural de Montilla, es la cabeza visible de una empresa que lleva más de 280 años produciendo vinos. Su figura forma parte de la octava generación de esta familia que ha conducido siempre la bodega.

Fue en el año 2000 cuando Bodegas Alvear, la más antigua de toda Andalucía, se implantó en Extremadura para promocionar fundamentalmente el vino Pedro Ximénez y el vino Palacio Quemado, una de sus referencias más exitosas. Fernando Giménez Alvear ha desvelado que su relación con Extremadura se produjo hace tiempo por vínculos familiares.

«Decidimos venir a Ribera del Guadiana porque era una tierra virgen y muy recomendada. Estaba relativamente cerca de nosotros, a unos 240 kilómetros, y no precisaba trasladar toda la estructura. Hemos tenido bastante éxito», reconoce un hombre que pasa todo el año a caballo entre Montilla, Almendralejo y Madrid.

Fernando Giménez, que ahora tiene 59 años, estudió en su día para ingeniero naval en la capital de España y trabajó durante ocho años en la industria aeronáutica, pero pronto sería captado para el sector de los vinos. Está casado y tiene dos hijos. Se considera un hombre «tranquilo, austero y muy cordobés», aunque dice sentirse como en casa cuando está en Extremadura.


Alvear es un conglomerado de empresas que facturaron en torno a los diez millones de euros en 2017. Cuenta con viñedos en Andalucía y Extremadura y produce unos seis millones de litros al año. Sus bodegas exportan unos dos millones de litros a mercados extranjeros como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Holanda y Alemania.

Fernando Giménez Alvear se refiere al vino extremeño como un caldo «cada vez con más presencia y reconocimiento, tanto en España como en mercados internacionales». En Extremadura, su bodega se centra en la gama clásica con el Palacio Quemado, pero también trabajan nuevas etiquetas como La Zarcita o Los Acilates, llamados vinos de parcelas.

Dice Fernando Giménez que las pretensiones de su empresa no son hacer muchos millones de litros, «sino producir vinos de calidad». En este sentido, actualmente operan en unas 92.000 hectáreas, aunque trabajan en un proyecto de expansión de 120.000 hectáreas con el reto de producir unas 50.000 cajas de nueve litros y exportar unos 3,5 millones de litros al exterior.

Fernando Giménez reconoce que «no es fácil dar un premio así a personas que somos de fuera», por lo que se siente «tremendamente feliz». Recogerá su galardón, en reconocimiento oficial, en la noche del próximo 14 de agosto.

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