1.10.23

Celebrada la emotiva Santa Misa de Acción de Gracias y de despedida del sacerdote don Guillermo Padilla en la Parroquia de Santiago Apóstol de Montilla

En el mediodía de este domingo, primero de octubre, y coincidiendo con la Fiesta de Regla de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario y Asociación del Rosario Perpetuo, ha tenido lugar la emotiva despedida y Misa de Acción de Gracias del que hasta ahora era su párroco y vicerrector de la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila de Montilla, don Guillermo Padilla.


Con una parroquia absolutamente llena y con la emoción contenida, daba comienzo puntualmente la Santa Misa, que ha estado presidida, como es normal, por don Guillermo y concelebrada por don Fernando Suárez, rector de la Basílica, y por don Jesús Ángel Doblas Pérez, párroco de San Pedro Apóstol de Nueva Carteya.

En la celebración han tenido cabida todos los grupos parroquiales, los cuales se han encargado de realizar las lecturas correspondientes al Domingo XXVI del tiempo ordinario, las peticiones y ofrendas. Tras la proclamación del Santo Evangelio a cargo de don Fernando Suárez, se daba paso a la homilía de un emocionado don Guillermo, quien ha vinculado el Evangelio proclamado con su despedida y toma de posesión de su nuevo destino, destacando que las decisiones deben respetarse y aceptar la voluntad del Señor, por muy incomprensibles que sean estos cambios.

Añade que hay que ser humilde y hacerse pequeño, no como un tierno infante, sino despojándose de todo y dejándose amar por Cristo. Haciendo referencia a una santa muy querida por él, Santa Teresa de Lisieux, nos decía: por pequeñez, se refiere a nuestra dimensión y pobreza frente a Dios Padre.

Ya que somos conscientes de nuestra pequeñez frente a Dios, lo que podemos hacer para acercarnos hacia Él es hacer pequeños actos de caridad para los otros. No podemos pretender hacer cosas muy gordas, que puedan cambiar la historia del mundo, pero podemos hacer pequeños gestos que puedan aportar mejoras a nuestra dimensión, sembrando semillas de caridad para la humanidad. Haciendo eso, la gracia de Dios nos llena el alma y nos hace capaces de ayudar al prójimo.


A continuación, ha seguido la Santa Misa y antes de finalizar, llegaba el momento de la despedida. Han sido varias las personas encargadas de dirigirse a don Guillermo, en representación de las catequistas, en representación de los grupos parroquiales y en representación de las hermandades con sede canónica en la parroquia y por el cuerpo amplísimo de acólitos.

Acto seguido, don Fernando ha realizado la lectura de un poema compuesto por don José María Pemán de San Ignacio de Loyola a San Francisco Javier, pero que lo ha transformado en dedicación a don Guillermo. Tras estas emotivas palabras ha sido el turno para los regalos, entregando a don Guillermo un relicario de San Juan de Ávila y una preciosa imagen del Doctor de la Iglesia.

Para terminar, ha sido el turno de don Guillermo que, visiblemente emocionado, ha dado las gracias a todos los grupos parroquiales, hermandades, Agrupación de Cofradías, acólitos y a toda la feligresía de la Parroquia y Basílica. En su despedida, ha pedido a los jóvenes ser valientes y decididos a la voluntad del Señor.

Ha pedido perdón por no estar a la altura y por su inexperiencia en este primer destino, finalizando con una petición: rezar por su nuevo ministerio sacerdotal y por don Fernando, para el cual ha pedido todo el apoyo y cariño. Terminada la Santa Misa, ha sido el momento para despedir personalmente a don Guillermo, que ha recibido varios obsequios, entre ellos el de la Agrupación de Cofradías, que ha consistido en una cruz de San Damián.






























JOSÉ ANTONIO TRAPERO PEREA
PRESIDENTE DE LA AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS

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