5.11.16

El próximo viernes se iniciarán los solemnes cultos en honor a Nuestra Señora de la Rosa


Durante los próximos días 11, 12 y 13 de noviembre, tendrán lugar los solemnes cultos en honor de nuestra excelsa Madre, María Santísima de la Rosa, que celebran sus cofrades y devotos en la Parroquia de Santiago Apóstol, comenzando los dos primeros días a las 18.45 de la tarde con la exposición del Santísimo, el rezo del Santo Rosario y Misa participada a las 19.30. La sagrada eucaristía será presidida por los sacerdotes de la Parroquia de Santiago Apóstol. El sábado día 12 tendrá lugar una ofrenda a la Virgen de las montillanas que llevan el nombre de Rosa.

Al día siguiente, el domingo día 13, festividad de la Santísima Virgen de la Rosa, se celebrará una Misa solemne, a partir de las 12.00 del mediodía, en el Templo Mayor de Montilla, finalizando con la Salve y los cantos populares a Nuestra Señora de la Rosa.


La imagen de Nuestra Señora de la Rosa

La imagen de Nuestra Señora de la Rosa preside el retablo mayor de la ermita que lleva su nombre, y de la que es titular, aunque actualmente debido a las obras que se están llevando a cabo en el mismo, se venera en la Parroquia de Santiago Apóstol. Se trata de una talla policromada de 153 centímetros de altura.

La bellísima imagen de la Virgen María con el Niño Jesús en los brazos se encuentra erguida sobre un pedestal de nubes, traspasadas por un creciente con las puntas hacia abajo, de las que emergen las preciosas cabezas de cinco querubines. La Virgen, de rostro ovalado, enmarcado a la vez por la toca y los ondulados cabellos, que, partidos en el centro de la frente, descienden hacia la parte delantera de sus hombros, dirigiendo la mirada al espectador, envuelta en una túnica ricamente estofada.


Especial dinamismo presta a la escultura el manto, que se ensancha en torno al brazo izquierdo, cae en pronunciados pliegues, y finalmente cruza hacia la derecha, rizándose a los pies de María en un estudiado vuelo. En atención a su advocación, tiene la mano derecha, enmarcada por la ancha bocamanga del manto, dispuesta para sostener una rosa.

El Niño, lo mismo que el rostro de María, de admirable encarnadura de tonos marfileños, aparece sentado sobre la mano de su Madre, desnudo, con la mano derecha sobre el pecho y con una graciosa y movida flexión de una de sus piernas. Tiene aplicado a los bordes del manto un galón dorado que le desmerece. Es obra anónima a caballo entre los siglos XVII y XVIII.

Su media luna de plata

Su media luna de plata, como las piezas de plata siguientes, pertenece a la titular de la ermita que lleva su nombre. Plata en su color, combinada con sobrepuestos en sobredorado y piedras falsas, muestra en el centro un escudete ovalado, en medio relieve, timbrado con una corona y centrado con la Virgen María. En los extremos ostenta ramos de azucenas y ángeles que portan filacterias.

Lleva una inscripción con el saludo angélico: 'Ave María Gratia Plena'. La totalidad de esta pieza está decorada con finos cincelados de carácter fitomórfico, propios de los años finales del siglo XVII o de comienzos del XVIII.


La corona de la Virgen

La corona de la Virgen, con unas medidas de 38 centímetros de altura y de 15 centímetros de diámetro del aro, es de color plata, con ciertos elementos sobredorados. Como la media luna, lleva también botones con piedras falsas. El aro está decorado con elementos vegetales y sobre los brazos de la imperial se alza un nudo de jarrón culminado con una paloma, todo ello rodeado de finísimos rayos. Es de autor anónimo, de finales del siglo XVII con añadidos del XVIII.

La corona del Niño

La corona del Niño, con unas dimensiones de 28 centímetros de altura y 10 centímetros de diámetro del aro, es de similares características a la de la Virgen, con excepción del remate.


Resplandor

El resplandor es de color plata, con algunos impuestos sobredorados. Está constituido por dos tramos: el superior, circular, en torno a la cabeza de Nuestra Señora, unida a otro ovalado que le contornea el cuerpo. Tiene unas dimensiones de 60 centímetros de diámetro, aproximadamente, en el tramo circular, y 145 de alto por 130 de ancho, en el tramo ovalado.

El cerco está formado por una especie de pequeñas cartelas entre volutas, con decoración de líneas paralelas y rematadas por ramos de flores, en las que aparecen, alternativamente y en sobredorado, parejas de querubines, realizados mediante técnica de fundido, y estrellas de seis puntas. Completan el resplandor haces de rayos, alternativamente mayores y menores. No ha sido posible estudiar sus marcas, pero es probablemente una obra cordobesa del primer tercio del XIX.


BENJAMÍN PORTERO DUQUE / PASIÓN POR MVNDA
FOTOGRAFÍAS: BENJAMÍN PORTERO DUQUE

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